La Portada | ¿Últimos destellos del Sol Azteca?

29 de Abril de 2024

La Portada | ¿Últimos destellos del Sol Azteca?

PRD  Sol Azteca

La radicalización de las ideologías “se lo está tragando”, advierte la investigadora de la UNAM Grecia Cordero García; figuras del partido ya piensan en un nuevo proyecto político

El Partido de la Revolución Democrática (PRD), que llegó a ser un poderoso instituto político de izquierda que desde finales de los años 80 impulsó la transición a la democracia en México, está en terapia intensiva; se juega la vida y con ello el acceso a un presupuesto millonario, en las elecciones del próximo 2 de junio.

Si bien las pugnas entre las diversas tribus, las desbandadas por la fundación de Morena, la falta de vida institucional y la claudicación de banderas ideológicas en aras de alianzas electorales propiciaron el paulatino eclipse —del griego ékleipsis: desaparición— del PRD, en el campo académico se plantea que la polarización entre nuevas corrientes como populismo y neoliberalismo dejaron solo al partido del Sol Azteca en el centro de la geometría política, lo que terminó por desdibujarlo.

Grecia Cordero García, investigadora de la UNAM, sostuvo que al PRD se lo tragó la radicalización de las ideologías en años recientes, tras lo cual el debate quedó reducido a populismo contra neoliberalismo, y ante eso, el Sol Azteca “no supo qué hacer”.

Jesús Zambrano, actual dirigente nacional, aseguró que el partido no tiene representación en 16 estados y que este año se juega el registro local en otras cinco entidades federativas: Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Aguascalientes y Baja California Sur.

Hace seis años, a nivel nacional, la elección de legisladores le salvó la vida al PRD porque en la presidencial de 2018 sólo obtuvo 2.83% de los votos.

Según la ley electoral, el partido pierde el registro si no obtiene al menos 3% de la votación en alguno de los tres comicios federales: presidencial, de diputados o de senadores. La elección salvadora fue la de diputados federales, en donde el Sol Azteca logró el 5.87 por ciento.

De acuerdo con los cálculos de Zambrano, de la mano de Xóchitl Gálvez —su candidata presidencial dentro del bloque opositor— el partido podría tener una votación de entre 4 y 5%; pero otros perredistas, como el exgobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, están
preocupados por el riesgo real de la desaparición del instituto político.

Aureoles incluso reveló a ejecentral que ya piensa en un nuevo proyecto de izquierda, pues no está seguro de que los ciudadanos que voten por Xóchitl Gálvez también lo hagan por el PRD.

Creado en mayo de 1989, el partido del Sol Azteca fue impulsor de los cambios democráticos de finales de los años 90 y encabezó el primer gobierno electo en la Ciudad de México, en 1997; contribuyó a terminar con 70 años de hegemonía del PRI y hasta llegó a ser segunda fuerza política en el país.

Conformado por diversos movimientos de izquierda que se aglutinaron en torno a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, el PRD fue durante 25 años la principal referencia socialdemócrata que defendía causas como la justicia social, la reducción de la desigualdad, el combate a la pobreza, la defensa de los derechos humanos, la justicia laboral y los derechos campesinos.

Actualmente, mientras el Sol Azteca lucha por subsistir, especialistas y experredistas debaten sobre las causas y las consecuencias de no tener ya en México partidos de izquierda, pues ni Amalia García ni Ricardo Pascoe, fundadores del PRD; ni el reconocido investigador Roger Bartra, consideran que Morena sea un partido de izquierda. Para Bartra y Pascoe, además, ya no hay líderes que concentren a los izquierdistas, sino cartuchos quemados y manzanas envenenadas.

Populismo vs. neoliberalismo

“Estamos ante dos nuevas formas de entender a las ideologías radicales de nuestra época: populismo y neoliberalismo”, expuso la profesora Grecia Cordero García, especialista en democracia, representación e ideologías políticas de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“En este contexto, los partidos políticos que estaban en el centro del espectro político, que abanderaban la democracia liberal, están siendo tragados por la radicalización de las ideologías, y es lo que le está pasando al PRD”, agregó la investigadora del Centro de Estudios Políticos, quien sostuvo que el populismo está representado por la izquierda autoritaria, mientras que el neoliberalismo, por la derecha radical.

Desde la óptica de Cordero, la salida de Andrés Manuel López Obrador del PRD, después de las elecciones de 2012, no sólo implica una ruptura en la izquierda y la fuga de liderazgos hacia Morena, sino que obligó al partido a una redefinición ideológica.

“AMLO se radicaliza y se vuelve populista, y el PRD no sabe qué hacer porque no quiere adherirse a la izquierda autoritaria. Entonces, de manera pragmática se acopla a la derecha, pero con ello pierde su razón de ser. Así, al ser la única referencia de democracia moderada, el PRD se ve obligado a tomar partido y a sacrificar su identidad, porque no es de derecha radical, pero tampoco de izquierda autoritaria”, explicó la académica.

El diagnóstico de Cordero es compartido por Carlos Illades, investigador del Departamento de Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana y autor de libros como Izquierdas radicales en México, El futuro es nuestro. Historia de las izquierdas en México y La revolución imaginaria. El obradorismo y el futuro de la izquierda en México.

“Lo que pasa hoy con el PRD es que son los intereses de un pequeño grupo de políticos los que mueven al partido en términos de supervivencia, más que de algún proyecto político serio y viable”, resumió Illades, considerado uno de los principales estudiosos de las izquierdas en México.

Tras la salida de López Obrador, el PRD se sumó al Pacto por México
—acuerdo de los partidos de oposición con el gobierno de Enrique Peña Nieto para sacar adelante reformas estructurales— y es en ese momento que “inicia su desaparición”, estimó el autor.

“Un partido que había sido un férreo opositor al priismo termina uniéndose al PRI, partido al que en la época de Salinas se le atribuía el asesinato de más de 300 perredistas. Unirse al Pacto por México, que además era encabezado por el priismo, creo que le costó muchísimo al PRD”, estableció.

El investigador, quien disiente de la idea de clasificar al PRD como una fuerza política de corte socialdemócrata, también apuntó: “La socialdemocracia ha sido históricamente apoyada por los sindicatos obreros, y pues el PRD y menos la corriente de Los Chuchos, tienen algún contacto con los sindicatos”.

Sol Azteca

La decadencia en números

Las estadísticas muestran que la debacle del PRD comenzó en 2012, pero se agravó en 2018. Desde entonces, año con año ha ido en picada. Las fechas coinciden con varios acontecimientos: la firma del Pacto por México, las salidas de López Obrador (2012) y Cuauhtémoc Cárdenas (2014) y la creación de Morena, en ese mismo año.

Si la elección presidencial de 2018 hubiera sido clave para la permanencia o muerte del PRD a nivel nacional, el partido hubiera desparecido, porque sólo obtuvo 2.83% de los votos, cuando la coalición de la que formó parte y que impulsó a Ricardo Anaya como candidato, alcanzó 22.27% de los sufragios, muy lejos de la votación que logró López Obrador, 53.19%, que lo coronó como Presidente de la República.

El PRD tuvo su época dorada desde 2006, cuando casi gana la Presidencia, y hasta 2012, fecha en la que el apoyo electoral le dio acceso a las prerrogativas más altas.

La votación de diputados de mayoría relativa en 2012, la que se utiliza en la fórmula para repartir el financiamiento público, logró que el PRD accediera a un presupuesto público destacado a partir de 2013. Y en 2015 el partido logró un financiamiento de 886 millones 136 mil 471 pesos, el mayor monto al que ha accedido hasta el momento.

Este 2024, gracias a un presupuesto histórico aprobado por el Instituto Nacional Electoral para los partidos políticos, el PRD recibió 751 millones 402 mil 866 pesos, a pesar de que prácticamente está con respiración artificial.

Tras los comicios de 2012, el Sol Azteca obtuvo 22 escaños en el Senado y 103 curules en la Cámara de Diputados. En 2018 bajó a ocho escaños, de los cuales sólo conserva tres; en 2018 tenía 21 diputados federales y tres años después obtuvo 15 curules, aunque las pugnas internas han dejado a la bancada perredista con sólo 13 integrantes.

A nivel local también ha bajado su presencia. En 2021, el PRD perdió el registro en 15 entidades: Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Tamaulipas. Y en 2022 lo perdió en Hidalgo.

El año pasado, en los comicios para la gubernatura del Estado de México, el PRD obtuvo sólo 2.9% de los votos, cuando en las elecciones de 2017, con Juan Zepeda como candidato a gobernador, logró 18% de las preferencias.

En el presente año, con las elecciones a diputados locales, el partido se juega el registro en el Estado de México, donde en sus años de gloria mantuvo el control del corredor amarillo que incluía municipios como Nezahualcóyotl, Ecatepec, Chalco, La Paz, por mencionar algunos. Hoy, el PRD gobierna sólo en ocho de 125 municipios mexiquenses, ninguno considerado de relevancia en términos políticos o económicos.

En 2018 el PRD también perdió la joya de la corona: la Ciudad de México, la cuna del perredismo, que gobernó desde 1997, con Cuauhtémoc Cárdenas, y hasta 2018, con Miguel Ángel Mancera.

“No nos quieren en la arena política”: Jesús Zambrano

Para Jesús Zambrano Grijalva, dirigente nacional del PRD, la pérdida del registro del partido es un fantasma que reaparece elección tras elección, desde 2018. Se le escucha esperanzado en que esta vez logrará entre 4 y 5% de los votos en la elección presidencial y, con ello, subsistirá la “única izquierda socialdemócrata del país”.

“Muchos, reiteradamente, han estado hablando de que el PRD va a perder el registro porque no nos quieren en la arena política, esto lo impulsan los interesados desde el poder para que no le hagamos sombra a esa falsa izquierda que hoy gobierna (Morena). Pero se van a quedar con un palmo de narices y vamos a salir airosos de esta contienda”, manifestó en entrevista con ejecentral.

Esta es la segunda ocasión que Zambrano dirige al PRD, la primera vez fue de 2011 a 2014, el tiempo suficiente para que cocinara el Pacto por México junto con otras fuerzas políticas y el entonces presidente Enrique Peña Nieto, lo que detonó la renuncia masiva de políticos al partido, entre ellos el que era entonces su líder moral, Andrés Manuel López Obrador.

—¿Qué fue lo que le hizo daño al PRD? —se le pregunta.

—Yo creo que la pérdida mayor en términos de daño al PRD fue la salida de López Obrador en 2012. Él divide al PRD, se lleva una parte muy importante de cuadros y militantes, pero después de eso, prácticamente nosotros no hemos tenido fugas significativas de peso. No nos estamos desdibujando.

Admitió que López Obrador llevó al PRD a los mejores momentos, pero también a los peores, y comentó que hoy le causa “repulsión” haberlo apoyado política y financieramente.

—¿Cuál es el riesgo para la democracia en caso de no existir partidos
de izquierda?

—El riesgo de que se perdiera un partido socialdemócrata es que quedaría el campo libre para falsos profetas de una supuesta izquierda que ha derivado en un narcopartido y que vive a la sombra de un narcogobernante como López Obrador.

Zambrano dijo estar consciente de que el partido no tiene presencia en la mitad del país y aún así minimiza las renuncias recientes de sus cuadros, por ejemplo, la de Luis Espinosa Cházaro, excoordinador de los diputados del PRD, quien, dice, “no tiene ningún peso y hoy está en el anonimato”.

Aureoles piensa en nuevo proyecto

Silvano Aureoles, exgobernador de Michoacán y el único personaje que impulsó el PRD como precandidato a la Presidencia de la República en este proceso electoral, aportó un diagnóstico pesimista del partido y destacó que si pierde el registro se tendrá que construir otro proyecto político.

Subrayó que el PRD tuvo un papel relevante en la democracia durante sus 35 años de existencia, pero reconoció que “ha perdido vigor” porque dejó a un lado las causas y las banderas políticas para vivir de prerrogativas y de la búsqueda de cargos públicos con propuestas con las que no se identifica la gente.

“En el PRD podemos encontrar muchas razones (de debilitamiento): el grupismo interno, el canibalismo, las tribus que privilegiaron siempre la cuestión interna, las lealtades ciegas, los equipitos para repartirse lo poco que había y seguirse repartiendo lo que quede de la marca”, afirmó.

“En muchos estados donde ya no tenemos registro, se pelean por las siglas porque eso sirve para tener una regiduría o alguna negociación con el gobierno municipal o estatal. Eso fue degradando la vida institucional y poniendo los intereses particulares o de grupo por encima de los intereses generales de un proyecto político, partidario y de nación”, agregó.

—Hace poco llamó traidor a Jesús Zambrano, ¿sigue pensando igual? —se le cuestionó.

—Hemos zanjado un poco las diferencias, o por lo menos ponerles pausa, porque yo sigo pensando que han tomado decisiones que solamente benefician a un grupo o a los intereses muy particulares y no la visión estratégica y programática del partido. Entonces, yo creo que esas decisiones le están haciendo mucho daño al partido, pero pues ya vendrá el momento de discutirlas. Ojalá y que no perdamos el registro y entonces habremos de discutir el futuro de este proyecto político. Para Silvano Aureoles, no hay duda de que el ejercicio de gobierno desgasta y eso le pasó al Sol Azteca con sus gobernantes.

Sin partidos de izquierda: Amalia García

Amalia García fue la primera mujer de izquierda en llegar a una gubernatura. El PRD la impulsó como candidata al gobierno de Zacatecas en 2004 y ganó. Hoy, 20 años después de ese histórico triunfo electoral, quien fuera una de las fundadoras del Sol Azteca es diputada federal de Movimiento Ciudadano.

Y desde esa posición opinó que el PRD ya no es un partido de izquierda, Morena tampoco, por ello deploró que el país haya perdido esa bandera política.

Para la diputada federal, “lo terrible” es que los partidos se centren en la descalificación y no abran espacios para el debate, como sí los tenía el PRD.

“La polarización está creciendo y estos dos meses que vienen seguramente va a ser más intensa, pero no encuentro el debate de ideas. Sí, la descalificación, y, en las redes, el insulto, el agravio, de verdad que es ensordecedor, y a mí me apena mucho eso (…) Antes había una cierta crítica al PRD, se decía que eran las tribus, que eran las corrientes las que dañaban al PRD, pero había debates realmente muy profundos”, recordó.

En entrevista con ejecentral, aseguró que el Sol Azteca fue uno de “los últimos grandes partidos de izquierda de Latinoamérica”, que llegó a tener 10 millones de afiliados; hoy, apenas roza el millón de militantes.

“¿Qué fue lo que sucedió con el PRD después de haber ganado elecciones en condiciones muy adversas, después de haber contribuido a la transición democrática de nuestro país, después de haber aportado una visión progresista de izquierda para el rumbo de México? Creo que vivió lo que han vivido una gran parte de los partidos políticos en Latinoamérica, en Europa y en el mundo occidental: la crisis de los partidos, que ha sido paulatina”, consideró.

Amalia García renunció a su militancia perredista en 2018, luego de que ese instituto político impulsara como candidato presidencial al panista Ricardo Anaya, uno de los personajes centrales para que se aprobara la reforma energética en “un sabadazo”, cuando el PRD anteriormente había sido el ferviente opositor a esa reforma constitucional.

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Situación terriblemente anómala: Roger Bartra

Para Roger Bartra, investigador emérito de la UNAM, antropólogo mexicano y sociólogo, si el país se queda sin una fuerza política de izquierda habrá “una situación terriblemente anómala y peligrosa”.

Pero México “no se quedaría totalmente sin izquierda, porque la mayor parte está dispersa en la sociedad, y de alguna manera acabaría reconstruyéndose, aunque sea en forma marginal”, destacó en entrevista con este medio.

Roger Bartra, estudioso de la izquierda mexicana y quien militó en el Partido Comunista, también fue uno de los personajes que estuvo a favor de desaparecerlo por ser una institución caduca.

Autor de libros como El reto de la izquierda, La democracia fragmentada y La fractura mexicana: izquierda y derecha en la transición mexicana, se define a sí mismo como un socialdemócrata.

Desde la trinchera del análisis resaltó: “Si el PRD perdiese su registro, se daría la situación en la que ya no habría en México ningún partido de izquierda; porque Morena es un partido de derecha, a mi juicio. En el PRD están los restos de un intento que no cuajó de construir una alternativa socialdemócrata, y no cuajó porque el populismo cardenista lo impidió. Entonces, ¿qué es lo que ha quedado en el PRD? Restos de posiciones socialdemócratas, que ahora están ciertamente en peligro de extinción”.

—¿Por qué hay quienes siguen pensando que Morena es de izquierda?

—Pues ese es un misterio, aún hay que explicar esa especie de ceguera política. En eso ha contribuido la derecha, sobre todo la extrema derecha, que se le ocurrió decir que López Obrador era una especie de Fidel Castro o de Hugo Chávez, etcétera, cosa completamente alejada de la realidad.

Esas posiciones ferozmente anticomunistas de la extrema derecha, paradójicamente ayudaron a darle un aura izquierdista imaginaria a López Obrador. Si bien opinó que la izquierda está esparcida en la sociedad y en la intelectualidad, en la academia, sobre todo en la Ciudad de México, reconoció que no hay un líder que la articule.

Para Bartra, ya no existe ninguna figura representativa de esa corriente, ni siquiera Cuauhtémoc Cárdenas, a quien califica de “un cartucho quemado que tiene el prestigio del apellido”.

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Manzana envenenada: Ricardo Pascoe

El colapso del voto del PRD es el símbolo de la destrucción de la izquierda como una opción congruente, democrática y progresista, enfatizó Ricardo Pascoe, fundador y exmilitante del Sol Azteca. Lo que sucede con el PRD, analiza, es un reflejo de lo que atraviesa la izquierda en el país y América Latina.

“No están atendiendo a un ideario político, sino a un ideario básicamente electoral, y de acceso al poder. Esto, quizá, sea la manzana envenenada para la izquierda, al menos la izquierda latinoamericana, en el sentido de que, llegando al poder, realmente pierden la proporción de cómo vincular sus objetivos ideológicos y políticos”, manifestó en entrevista con ejecentral.

Para Pascoe, no hay duda de que el PRD se juega el registro en estas elecciones federales y es posible que sólo sobreviva en algunas entidades, como sucedió en otros momentos con el Partido del Trabajo.

Desde su punto de vista, la estrategia del Sol Azteca es tener suficientes candidaturas propias, pero eso está por verse, porque su situación es muy precaria.

“Lo que le hizo un daño enorme al PRD desde el principio fue construir sobre la base de figuras carismáticas, por encima de la institucionalidad partidista. Primero, Cuauhtémoc Cárdenas se glorificó en eso, pero, bueno, Cuauhtémoc ha quedado completamente anulado como un verdadero promotor de un proyecto. Él, más bien, quiere ser como una figura enigmática”, advirtió Pascoe.

El otro liderazgo carismático, dijo, es el de Andrés Manuel López Obrador. “Y esa es la muerte de la izquierda en México: el haberse querido acomodar a las preferencias casi personales de estos dos dirigentes, en lugar de construir una institucionalidad partidista con una sana discusión”, concluyó.

Fundador también del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y exembajador de México en Cuba, Pascoe destacó que quienes se autodefinen de izquierda ahora están concentrados en la defensa de la democracia.

“A lo que hemos llegado gran parte de los que nos hemos considerado o que somos de izquierda en México es que hoy somos más que nada promotores y defensores de la democracia, de un sistema político democrático, plural, pluripartidista, es decir, a eso hemos llegado, ni siquiera estamos discutiendo el modelo económico, estamos en la defensa de la democracia y las libertades, la libertad de expresión, la libertad de ideas, frente a las tendencias totalitarias que estamos viviendo en la sociedad mexicana, precisamente provenientes de la izquierda. Yo coincido con Octavio Paz en el sentido de que la izquierda tiene una tendencia autoritaria”, subrayó finalmente.