Las Olimpiadas no motivan la práctica del deporte

15 de Septiembre de 2024

Las Olimpiadas no motivan la práctica del deporte

salud

Estudios señalan que eventos de este tipo representan una oportunidad para mejorar la salud de la población, pero no es aprovechada

Antes de la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres 2012, y desde 2005, cuando se dio a conocer que Gran Bretaña sería el país anfitrión, se dijo que el encuentro prometía “inspirar a una generación” y “crear un legado de deporte y vida saludable” para el país.

Pero el dicho fue criticado sobre la base de que no había evidencia sobre algún resultado similar en eventos anteriores de este tipo.

Este argumento fue una novedad y se ha utilizado desde entonces para justificar ante la población de los países anfitriones las grandes inversiones que se tienen que realizar para albergar un megaevento deportivo; sin embargo, sigue faltando evidencia de que la organización de Juegos Olímpicos influya en una mejor salud y fomente la práctica deportiva.

Una revisión amplia publicada en la revista The Lancet en julio de 2021 encontró que, en términos generales, “no hubo cambios en la prevalencia de la actividad física o la participación deportiva” ni en Londres después del 2012 ni en los países anfitriones de otras justas realizadas con anterioridad, con dos excepciones: los Juegos Olímpicos de Verano de 2008 en Beijing y los Juegos Olímpicos de Invierno de 1998 en Nagano.

“Aunque el aumento de la participación en Nagano podría no ser atribuible a los Juegos”, señala el equipo encabezado por Adrian Bauman, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sydney.

3% se reducce el volumen de negociación en

las empresas del índice Standard & Poor’s 500 por

cada medalla de oro ganada por Estados Unidos,

un día después de los triunfos.

Cifras engañosas

Otro estudio encontró que con los Juegos de Londres 2012 hubo un aumento inicial de alrededor de medio millón de adultos que participaron en una sesión semanal de 30 minutos de actividades deportivas entre abril de 2012 y abril de 2013. Sin embargo, el número de personas fue disminuyendo después.

La investigación, publicada en noviembre de 2016 en la revista BMJ Open, también encontró que ese evento inspiró a muchos niños locales (53%) a involucrarse más en el deporte; aunque esta inspiración pudo no ser tan real y no se tradujo en una mejora real de la condición física.

Los investigadores evaluaron a 733 niñas y niños, en una primera etapa, cinco años antes de los Juegos, y a 931 después en seis escuelas ubicadas dentro de un radio de 50 kilómetros, medidos desde el parque olímpico en el este de Londres. La condición física fue medida utilizando el índice VO2 max (que mide la capacidad máxima de oxígeno que puede retener la sangre de una persona por minuto).

El 53% de los infantes dijo que Londres 2012 los había inspirado a probar nuevos deportes o actividades, y la mayor parte de ellos siguió haciendo ejercicio hasta 18 meses después del encuentro, lo cual mejoró o mantuvo su condición física.

Pero es posible que esto no se debiera a un entusiasmo desatado por los Juegos Olímpicos, sino que se trataba de niños que de por sí estaban más en forma y eran más activos que otros.

Sin embargo, el VO2 máximo promedio de las niñas y niños fue significativamente menor después de Londres 2012, que lo que había sido entre quienes fueron evaluados cinco años antes.

El mito del “efecto anfitrión”

Otra justificación que los países que aspiran a albergar los Juegos Olímpicos utilizan con sus ciudadanos es la sugerencia de que esto aumentará el número de medallas que ganarán, el llamado “efecto anfitrión”.

Sin embargo, un estudio publicado en febrero de 2023 en la revista Scientific Reports, analizó el recuento de medallas de los países que albergaron los Juegos Olímpicos de verano entre 1996 y 2021 (Estados Unidos, Australia, Grecia, China, Reino Unido, Brasil y Japón), comparando el año en que fueron anfitriones con las temporadas en las que no lo hicieron.

Tras ajustar los datos en función de factores socioeconómicos (como el PIB per cápita y el tamaño de la población), el “efecto anfitrión” desapareció en la mayoría de los países.

Las excepciones fueron Australia en 2000 (sobre todo por sus atletas femeninas) y Reino Unido en 2012, que tuvieron un total de medallas significativamente mayor que en otras competencias.

Además, los atletas masculinos en Brasil 2016 obtuvieron más medallas de lo usual.

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Las desventajas de ganar

Un efecto curioso que tienen los eventos deportivos globales como los Juegos Olímpicos es que pueden afectar la actividad de los mercados de valores, en especial en los países que más triunfos o medallas ganan, según un estudio de las Universidades de East Anglia y Nottingham Trent. También se encontró que estas afectaciones prácticamente no influyen en los rendimientos de los mercados de valores a la larga.

El equipo, integrado por Raphael Markellos y Jessica Wang, encontró que la caída de la actividad bursátil se debe, sobre todo, a que los inversionistas, igual que el resto de la población, están distraídos con el encuentro, y que el nivel de desconcentración aumenta con el éxito deportivo.

Por ejemplo, por cada medalla de oro ganada por Estados Unidos, el volumen de negociación en las empresas del índice Standard & Poor’s 500 baja en casi 3% al día siguiente. Para Alemania y Corea del Sur, las disminuciones han sido del 6.7% y el 7.3%, respectivamente.

6.7% y 7.3%, respectivamente, son las disminuciones

que se registran en Alemania y Corea del sur, en el

mismo indicador y por el mismo motivo.

Área de oportunidad

Adrian Bauman y su equipo señalaron en The Lancet que, si bien por sí solos los Juegos Olímpicos no mejoran la actividad física de las poblaciones, aún “podrían ser una importante oportunidad de salud pública” que podría aprovecharse.

Esto “requerirá planificación estratégica y asociaciones entre el Comité Olímpico Internacional y las agencias olímpicas, deportivas y de salud pública, y un marco de evaluación exhaustivo implementado durante todo el periodo previo y posterior a los Juegos Olímpicos en el país anfitrión”, señala el equipo de Bauman.

Una pequeña investigación publicada en la revista Leisure Studies, en abril de 2015, muestra que esto es posible. En ella, Athanasios Pappous y Emily Hayday se propusieron averiguar si los planes de alentar a la población anfitriona de Londres 2012 habían funcionado, y se enfocaron en dos deportes no tradicionales en Inglaterra: esgrima y judo.

Encontraron que en esos dos deportes sí hubo un aumento en la participación entre 2007 y 2013, pero éste no estuvo relacionado directamente con la realización de los Juegos Olímpicos, sino con la promoción que hicieron las organizaciones donde se practican esgrima y judo, la cual fue potenciada por la realización de los Juegos, que implicó, por ejemplo, una cobertura inusual de los medios, de deportes poco comunes.

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