Motosierra de Milei pone en jaque a la educación superior 

15 de Mayo de 2024

Motosierra de Milei pone en jaque a la educación superior

Milei y la educación

Con todo y la reciente autorización de 21 mil 888 millones de pesos argentinos a las universidades, las operaciones de la UBA podrían detenerse por completo en los próximos meses

Es la universidad más grande del país, y una de las más prestigiosas de América Latina. Pero ni contar con 87 carreras ni el haber formado a cuatro premios nobel puede garantizar su permanencia. El recorte de aproximadamente 80% del presupuesto para gastos de funcionamiento de la Universidad de Buenos Aires (UBA) –como parte del plan de gobierno del presidente Javier Milei para rescatar la economía del país– amenaza con terminar no sólo con el renombre de la institución, sino con todas sus operaciones. 

Según lo dicho por Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, el año pasado el presupuesto devengado en gastos de funcionamiento (principalmente educación y hospitales) fue de 26 mil 152 millones de pesos argentinos, mientras que la inflación acumulada entre enero de 2023 y marzo 2024 fue de 325.1 por ciento. “¿El resultado? Una necesidad real de casi 90 mil millones para la UBA”, publicó en sus redes sociales. 

La situación no ha hecho más que empeorar, ya que hace dos semanas la UBA se declaró en emergencia económica, poco después de que el gobierno de Milei decidiera prorrogar para 2024 el presupuesto estatal del ejercicio anterior, votado por el Congreso a fines de 2022. Esto significa que el presupuesto asignado a la UBA consta de 122 mil millones de pesos argentinos, equivalentes a 140 millones de dólares, según la cotización oficial.  

De este monto, 90%, se destina a salarios de profesores y otros trabajadores, mientras que el resto se usa para cubrir los gastos de funcionamiento, que incluyen pago de servicios, seguros, mantenimiento de aulas y laboratorios y compra de insumos, entre otros. 

Con este panorama económico, la Universidad de Buenos Aires podría dejar de funcionar en el segundo cuatrimestre académico, que va del 12 de agosto al 23 de noviembre, pues el monto con el que se cuenta no es suficiente para sufragar todas las necesidades de la institución. “Hasta mayo o junio podemos funcionar con muchos recaudos y cuidando el dinero”, advirtió en días pasados el rector de la casa de estudios, Ricardo Gelpi, durante una entrevista en la emisora argentina Radio Mitre.

No se trata únicamente de la formación de profesionales. La UBA es importante en la salud pública argentina, pues cuenta con seis hospitales universitarios, que cubren varias especialidades, y sus docentes participan en la investigación médica y el avance científico.

Asimismo, cuenta con varios programas que impulsan y fomentan la cultura, el arte, la difusión de conocimiento, el cuidado ambiental, la preservación de bibliotecas, el desarrollo de comunidades vulnerables e incluso, el cuidado a los animales. De cerrar sus puertas, también estos servicios se verían interrumpidos. 

La Universidad de Buenos Aires podría enfrentar una situación similar a la del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, donde se han reportado 86 despidos o al Servicio Meteorológico Nacional que ha dado de baja a 73 técnicos. En ambos casos, las terminaciones laborales se deben a la escasez de recursos para remunerar a su personal, lo que ha afectado la funcionalidad de los sistemas de alerta temprana y prevención de desastres.

La motosierra de Milei también le ha pegado al cuidado del medio ambiente. “Nunca había visto tal nivel de desmantelamiento mediante la reducción de becas y programas de investigación con tanto desprecio por el conocimiento. Esto es muy grave para las ciencias atmosféricas y oceánicas, claves para temas como el cambio climático, poniendo en peligro a toda una nueva generación de meteorólogos y climatólogos”, dijo a medios de comunicación Carolina Vera, exvicepresidenta de un grupo de trabajo clave y responsable del último informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.  

La asfixia financiera es muy peligrosa, sobre todo al considerar la emergencia climática que causó estragos en Argentina. Recientemente, el país enfrentó una epidemia de dengue y experimentó olas de calor extremo e incendios forestales.

Al respecto, el presidente Milei aseguró que el cambio climático es “una mentira socialista”, y acusó que la educación pública “lava el cerebro de la gente con ideología marxista”.  

Previo a la multitudinaria marcha del pasado 24 de abril, el Ministerio de Capital Humano autorizó 21 mil 888 millones de pesos argentinos del Estado Nacional a las universidades públicas, lo que representa, según esa dependencia oficial, un aumento del 70 por ciento. 

En respuesta, los líderes de las manifestaciones hicieron notar que, con todo y este monto, el presupuesto universitario aún corre detrás de la inflación argentina, que suma 51.6% en lo que va del año, por lo que la cifra sigue siendo insuficiente. Diversos alumnos y docentes han denunciado que ni siquiera se ha podido cubrir el servicio de electricidad, por lo que algunas clases se imparten a oscuras, y el uso de ascensores en las instalaciones educativas y médicas está limitado a personas con discapacidad. 

Por su parte, el presidente libertario aseguró que no planea cerrar las universidades públicas y aseguró que habrá un giro de fondos para su funcionamiento.  

De nueva cuenta acusó a una élite de utilizar esta causa en su contra. “Al margen de la discusión acerca de cuál modelo de educación superior es deseable para un país en el que seis de cada 10 chicos menores de 14 años son pobres, los mismos vivos de siempre utilizaron el escudo de una causa que suena noble para defender sus intereses”, publicó en días pasados en sus redes sociales. 

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