Cuando el Antropoceno nos alcance

17 de Mayo de 2024

Juan Antonio Le Clercq
Juan Antonio Le Clercq

Cuando el Antropoceno nos alcance

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Después de un análisis riguroso realizado durante más de quince años, la Comisión Internacional de Estratigrafía ha decido que el planeta no ha entrado en una nueva época geológica denominada Antropoceno. En todo caso, han señalado, estamos ante un evento que se ha desarrollado gradualmente en la historia geológica reciente del planeta, pero no como una época que inicie en forma abrupta. La decisión no ha estado libre de polémica y, además de generar frustración entre especialistas de distintas disciplinas relacionadas con el cambio ambiental global, ha derivado en acusaciones de violaciones a distintos procedimientos de discusión y votación al interior de la propia Comisión. Esta historia no ha terminado.

¿Por qué era relevante el debate sobre el Antropoceno? Porque representa el reconocimiento formal de que el planeta ha sido alterado en forma irreversible como resultado de la acción humana, particularmente a partir de la segunda mitad del siglo XX. En este sentido, el Antropoceno significa que las actividades económicas y la explotación de recursos naturales han movido a la Tierra fuera del Holoceno, que define nuestra civilización en los últimos 12,000 años, para entrar a un tiempo marcado por las consecuencias irreversibles en el funcionamiento de los ciclos planetarios y sus procesos de retroalimentación. Parafraseando a Ulrich Beck, el Antropoceno supone la metamorfosis impredecible del mundo y la entrada a una era de riesgos catastróficos.

La decisión de la Comisión tiene consecuencias importantes. En forma contradictoria reconocen cambios drásticos y sin precedentes en los ciclos planetarios, producidos directamente por las actividades humanas, incluso aceptando que esto tiene su punto crítico y de aceleración a partir las pruebas de la bomba de hidrógeno de 1952, pero reducen la magnitud de sus efectos geológicos a pesar de que también se acepta que las consecuencias de las alteraciones y su huella destructiva en el planeta permanecerán incluso por miles de años. Esta decisión y sus contradicciones alimentarán el negacionismo y la acción climática en los próximos años.

Pero más allá del purismo lingüístico de la Comisión y de que estemos ante un evento o una nueva época geológica, lo que es indiscutible es que al final el debate de la Comisión afirma la gravedad y la irreversibilidad de las alteraciones a los ciclos del planeta. Independientemente de lo que han decidido los geólogos, el concepto de Antropoceno es extraordinariamente relevante en términos sociales, culturales y ambientales porque pone de manifiesto la magnitud de la crisis ambiental global, sus efectos sobre ecosistemas y otras especies y los niveles de riesgo, daño y vulnerabilidad que pueden enfrentar las comunidades humanas en un mundo natural alterado e impredecible. De igual forma, el Antropoceno nos obliga a revisar nuestros conceptos y visiones sobre lo que implica el cambio socioambiental y el significado de construir espacios de solución ante eventos naturales extremos y riesgo catastrófico.

A través de la figura del Antropoceno se reconoce explícitamente la magnitud de la destrucción irreversible de la naturaleza y se acepta que las soluciones nacionales y globales son débiles e insuficientes, poniendo en el centro la extrema dificultad para crear soluciones institucionales y de política pública para contener pérdidas, daños y evitar el sufrimiento de millones de personas. Sea época, evento o lo que quiera definir la Comisión, lo que importa en realidad es superar la inercia internacional y comenzar a actuar con ambición para contener los efectos catastróficos y puntos de no retorno en el funcionamiento de ciclos planetarios que va a involucrar el Antropoceno, incluyendo el riesgo mismo de una extinción masiva que incluya a nuestra propia especie.

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