¿Realmente suena mejor la música de un vinilo? Es una pregunta que se escucha y se lee constantemente. Un debate que comenzó o por lo menos tomó mucha fuerza hace unos 9 años, cuando entró una tendencia por la nostalgia en la música, empujada por jóvenes y adultos en busca de los orígenes del rock, punk, disco y demás géneros musicales. Con este empuje, las disqueras comenzaron a sacar reediciones de grandes clásicos que pronto se exponían al lado de los éxitos del momento y desplazaban a los discos compactos.
Sin entrar en detalles o tecnicismos, la respuesta a esa gran pregunta es: sí, la música de un vinilo se escucha mejor. ¿La principal razón? Que hoy los grandes proveedores de música en formato digital, como Spotify y Apple Music, comprimen el audio para lograr que el archivo sea menos pesado y más fácil de manejar, logrando que este cargue más rápido en tu computadora o teléfono inteligente. Es un hecho comprobado que al hacer esto, la música sufre una pequeña pérdida de calidad.
La búsqueda por la calidad y la pureza que ha empujado la tendencia del vinilo está más fuerte que nunca. Un ejemplo es Estados Unidos, donde las ventas a través de este formato representaron 430 millones de dólares en el 2016 y en los primeros 6 meses de este 2017, las ventas ya superan en un 20% a las del año anterior. Así que mientras otros formatos físicos como el disco compacto disminuyen sus ventas, este formato considerado por audiófilos como el más puro, seguirá ganando oídos jóvenes que en algunos casos, ni siquiera sabían que existían este tipo de grabaciones.
Esta moda también ha levantado muchas sospechas ya que aprovechando el momento, las grandes disqueras han lanzado ediciones limitadas de nuevas producciones y reediciones de grandes clásicos a tal velocidad, que muchos dudan que sean de origen. A lo que esto se refiere es que existen fuertes rumores que varios de los “nuevos” vinilos no vienen o no están siendo producidos directamente de las cintas originales de estudio (algo que requiere un arduo y tardado trabajo), sino que utilizan el audio digital de un disco compacto como master para producir el vinilo. Las diferencias son algo tan difícil de captar con el oído humano que se ha quedado simplemente en eso, en rumores.
Un tema importante es que no solamente el vinilo es lo que da la calidad, sino también el equipo a través del cual se transmite el audio. Así que si vas a salir a comprar vinilos o a desempolvar algunos, es importante contar con un equipo que los reproduzca como se debe. La tornamesa, amplificador y las bocinas juegan un papel muy importante para explotar las características de este formato y poder disfrutarlo al máximo.
Ahora, el rango de precios de una tornamesa puede llegar a causar confusión y en algunos casos, caer en lo ridículo. Con los vinilos sucede lo mismo. Existen marcas y tiendas que buscan aprovecharse de un cliente hambriento por entrarle a esta tendencia y el mismo vinilo puede costar 3 veces más de un lugar a otro, además del riesgo que existe al comprar uno viejo que podría venir en mal estado. Lo mejor que puedes hacer es pedirle consejos a aquellas personas que reproduzcan vinilos de manera habitual, tengan buen oído, respeten la música y que estén dispuestos a tener la paciencia para orientarte en esta búsqueda.
Empujado por la nostalgia y el sentido de pertenencia, un formato que parecía haber muerto alrededor del año 2000, hoy tiene una presencia importante en el mercado y se ha convertido en una alternativa para nuevos y viejos artistas que aprovechan el momento para relanzar su música y encontrar nuevos escuchas.
Si en temas de imagen se busca mejor nitidez, resolución e impacto visual, ¿Por qué en temas de audio al digitalizar la música, se siente que vamos en sentido contrario?
La tendencia del vinilo busca convertir el hábito de escuchar música en toda una experiencia. Y llegó para quedarse.