Aunque he tratado de justificarla varias veces, la verdad es que la alegría que siento dentro (desde hace ya varios días), lo único que necesita es ser experimentada, abrazada. El proceso que me ha traído hasta aquí, a sentir que la vida me seduce, ha sido uno de aprendizajes constantes. La vida nos pone retos, sólo para descubrir que tenemos las herramientas para superarlos. Si soy honesta, debo aceptar que hay situaciones en las que nos sentimos desarmados, los duelos por ejemplo, que nos dejan sensaciones de pérdida y vacío que muchas veces no encontramos cómo llenar. Sin embargo llegué a comprender algo importante, los duelos hay que atravesarlos, no nos los podemos saltar, no podemos fingir que van a pasar en unos pocos días. La única manera de superarlos es vivirlos, fluir con ellos. El gran consuelo, aunque no sea evidente estando en medio de uno, es que la vida sigue y puede volver a ser hermosa. Comprobarlo me ha dado el regalo inmenso de la confianza en la vida.
Confiar no sólo es sentir seguridad, también es tener fe. Yo hoy siento una profunda tranquilidad de saber que lo que vivo es justamente lo que necesito vivir. A lo mejor no siempre es lo que quiero, pero sé que es lo que me hará seguir creciendo. Creo que todos tenemos un plan más grande que el que alcanzamos a ver, y que ese plan siempre, siempre, ve por nuestro bien mayor y por el bien mayor del universo. Sé que todo esto puede sonar a cliché, pero una vez que lo integras a tu sistema de creencias sientes más aceptación, menos miedo e incertidumbre, fluyes más fácil con las circunstancias adversas, crece la fe en que todo es para mejor y en general te sientes más seguro; al menos esa ha sido mi experiencia y creo que, aunque sea por curiosidad de ver si esto realmente ocurre, vale la pena intentarlo.
La alegría que siento es como llevar la primavera dentro, es como si hermosas flores me habitaran, como si de mis pies salieran raíces que me arraigan a la tierra, de mi corazón salieran emociones amorosas y luminosas que me conectan con el universo y como si de mi cabeza salieran ideas benevolentes que me unen con el mundo. Así de bello es lo que siento. Ando de novia con la vida, con mi eros, con mi pulsión creativa. No todo es rosa, no todo es fácil, no todo está resultando como quiero, pero confío y eso me ayuda a poder disfrutar de lo bueno que tengo hoy para mí.
De ninguna manera es presunción, mi intención es compartirles el bienestar que he ido construyendo, hacerlos parte de este viaje interior en el que me han acompañado. Primero tuve que reaprender a amarme, hoy con júbilo compruebo que reaprendí también a amar la vida. Me hice consciente que soy causa, que puedo crear y generar lo que quiero para mi vida. No sé cuánto me vaya a durar este estado de alegría constante, pero espero se quede mucho tiempo, que sea un jardín interno que florezca no importa qué. Con humildad me siento y lo disfruto, deseando que, como incienso en el aire, se expanda a la gente que quiera dejarse tocar.
La vida es lo que elegimos que sea y yo decidí escogerla misteriosa, sorprendente, mágica, creadora y amorosa. Que así sea.
À la prochaine!! @didiloyola