Entre Batopilas y la ciudad de Chihuahua hay una distancia de 243 kilómetros, pero en términos de calidad de vida hay un abismo.
Según el Índice de Marginación 2020, dado a conocer esta semana por el Consejo Nacional de Población (Conapo), Batopilas, en la sierra Tarahumara de Chihuahua, es el municipio con mayor marginación del país, en tanto que la capital del estado es el séptimo municipio con mejor calidad de vida, con niveles de bienestar similares al de San Nicolás de los Garza, Nuevo León, o la alcaldía Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México.
En una década, los municipios con muy bajo nivel de marginación (demarcaciones con mejor calidad de vida) aumentaron 34 %, al pasar de 489 en 2010 a 655 en 2020.
Sin embargo, los municipios más pobres no corrieron con la misma suerte: en el mismo lapso, las demarcaciones con “muy alta” marginación pasaron de 198 a 204, es decir, el número aumentó en 3 por ciento.
Asimismo, los territorios con “alta” marginación aumentaron 15 % al pasar de 508 en 2010 a 586 en 2020.
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Así, las políticas públicas implementadas en los últimos dos años del sexenio del presidente Felipe Calderón, durante todo el gobierno de Enrique Peña Nieto y el primer tercio de Andrés Manuel López Obrador han favorecido a los municipios menos marginados y han aumentado el retraso entre las poblaciones más pobres.
De acuerdo con el índice de Conapo, los municipios más marginados son Batopilas, Chihuahua; Mezquital, Durango; Del Nayar, Nayarit; Mezquitic, Jalisco, y Cochoapa el Grande, Guerrero.
En contraste, las demarcaciones con mejores niveles de bienestar son Benito Juárez, Ciudad de México; San Pedro Garza García y San Nicolás de los Garza, Nuevo León; Cuauhtémoc, Ciudad de México y Apodaca, Nuevo León, según el documento que mide indicadores como analfabetismo, rezago educativo, drenaje en la vivienda, disponibilidad de energía eléctrica, acceso a agua entubada, viviendas con piso de tierra, hacinamiento e ingreso de las familias.
Entre los avances que consigna el índice están que el porcentaje de viviendas particulares con hacinamiento bajó de 36 a 20 % en 10 años y que el porcentaje de ocupantes en viviendas sin agua entubada disminuyó de 8.6 a 3.7 %; y sin drenaje pasó de 3.6 a 1.5 % en el mismo intervalo. También bajó de 41 a 30 % la población que tiene educación básica como máximo grado de estudios.
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