Denuncian a Juez por actuar a favor de acusados de homicidio

27 de Julio de 2025

Denuncian a Juez por actuar a favor de acusados de homicidio

Familiares del empresario Jonathan Palma acusaron que aún cuando uno de los implicados confesó haberlo estrangulado, el juez desestimó las pruebas

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Foto: Archivo

Aún cuando Raúl Omar Cervantes, uno de los implicados en el asesinato del empresario Jonathan Palma, confesó haberlo estrangulado con su brazo, de acuerdo con la familia del occiso, el Juez José Guadalupe Sigala Andrade actuó a su favor al desestimar las pruebas y vincularlo a proceso por el delito de homicidio simple.

En entrevista los familiares de Palma refirieron que interpusieron la respectiva denuncia ante las autoridades, ya que desde su óptica, durante la audiencia el juzgador “parecía abogado defensor de estos asesinos”, pero temen que el caso quede impune.

En su relato exponen que todo comenzó una noche de convivencia entre Jonathan Antonio Palma Acosta, su novia Gisela Aideé Cervantes Castro, el hermano de ésta, Raúl Omar Cervantes y Edith Márquez Ñol, concuña del primero.

La celebración se llevaba a cabo con alcohol, aparentemente en exceso, al interior de la casa de Palma Acosta en Santo Tomás 5412, Loma Agua Caliente, ubicada en Tijuana, Baja California. Sin embargo, en la mañana del pasado 12 de septiembre, la madre del hoy fallecido recibió una llamada en la que Gisela Cervantes (novia de Jonathan), le informaba que le había pegado a su hijo en la nariz y tenía hemorragia.

Continúan al comentar que tras oír de fondo la voz de Raúl mientras decía “Ya vámonos”, la familia se alertó, motivo por el cual Marco Antonio Palma (hermano de la víctima) procedió a contactar a los vecinos de la zona y localizó a Guillermo Canett, quien les respondió que había escuchado mucho ruido en el inmueble.

Detalla que “cuando llegó a la casa, el vecino gritó: Gisela, Gisela…, y ella salió del cuarto con mucha sangre en la ropa, según nos dijo Guillermo, quien subió a la recámara de mi hermano y lo encontró tirado en el piso con la cadena del perro enrollada en el cuello”.

Al observar la escena llamó al sistema de emergencias 911, por lo que la policía se dirigió al lugar. Una vez ahí se detuvo tanto a Gisela como a Omar y Edith, quienes de acuerdo con Marco Antonio aseguraron que su hermano se suicidó, que intentaron salvarlo, pero no pudieron. Otra de las historias fue que Jonathan quiso abusar sexualmente de su concuña y por esa razón lo asesinaron; no obstante, Palma afirma que las pruebas no arrojan evidencia de líquido seminal en las ropas de su hermano ni en las de Edith.

Ya en la Fiscalía General de Justicia de la entidad, la primera audiencia para desahogar pruebas y determinar la responsabilidad de los detenidos se efectuó el pasado 14 de septiembre. En la misma se dio a conocer que era legal la detención de las tres personas por homicidio doloso con premeditación, alevosía y traición, según determinó el Juez.

Ante ello, los presuntos responsables requirieron 144 horas para presentar pruebas de descargo, mismas que les fueron concedidas, por lo que la segunda audiencia se concretó cinco días después.

De acuerdo con la familia, una vez que se cumplió la fecha notaron que Cecilia Navarrete Quiñones, abogada de los acusados, se mantenía en constante comunicación con el Juez durante la audiencia, mediante mensajes.

En el desarrollo de las mismas, los presuntos responsables reiteraron la versión del suicidio; también abordaron el presunto abuso sexual por parte de Jonathan a Edith, situación que habría dado pie a un altercado.

“Confesó que estaba cenando y que Jonathan ya se veía muy borracho; que les dijo que se iba a su cuarto, pero lo encontraron en la habitación donde ya descansaba Edith, quien también estaba pasada de copas. Ahí quiso abusar de ella, expuso”, explica Palma.

“Según dijeron, fue el detonante de la bronca, pues relataron que Jonathan empezó a soltar golpes –sabía artes marciales, medía 1.80 metros y pesaba cien kilos–. Raúl Omar Cervantes confesó que él ahorcó a Jonathan con el brazo y lo golpeó; también dijo que Gisela y Edtih no participaron más que para separarlos, lo que no lograron”.

“En el momento en que observaron que Jonathan ya no respiraba, procedieron a enrollarle la cadena del perro en el cuello ‘para que pareciera un suicidio’”.

Finalmente, expusieron que el Juez desestimó la confesión al determinar que las marcas que los tres tienen en las manos son producto de los intentos de separar a Omar y a Jonathan; además de que las huellas de la estrangulación que revela la autopsia, no corresponden a un brazo y no se usó cadena.

Así, relatan que luego de un receso de 40 minutos, el juzgador regresó para dejar en libertad a Edith y a Gisela, mientras que Raúl Omar quedó vinculado a proceso con el delito reclasificado a simple. Ante ello, la familia insiste en que “Gisela utilizó como arma a su hermano Omar para asesinar a su hijo”, ya que era muy celosa; aunado a que el juez “se vendió” y por ello pasó por alto el peritaje y la necropsia.