El otro lado de la fama

27 de Abril de 2024

Dany Saadia

El otro lado de la fama

Dany ficha

Hoy quiero hacer de caballero por el colectivo más envidiado y al mismo tiempo más detestado del mundo: los actores.

Cuando pensamos en actores, pensamos en estrellas, en la acera de Hollywood Boulevard y Vine Street en Hollywood, y en sus más de 2.000 estrellas de 5 puntas de celebridades: pensamos en comitivas (entourage) de familiares y amigos, publicistas, agentes, cocineros macrobióticos, en retoques de cirugía, en dietas milagrosas, con mascotas millonarias, en mansiones faraónicas, en ejércitos de escoltas, etc.

Todo esto, forma parte del circo, del llamado star system, de mantener una permanente atención mediática sobre los nombres y los rostros de las próximas películas millonarias que tienen que tirar de la taquilla como verdaderos eventos únicos para poder recuperar su inversión.

Otro día hablaremos de este circo y de la fórmula de la fama que inició P.T. Barnum con sus circos en Estados Unidos. Hoy hablaremos de la trastienda del circo, del trabajo que hacen las personas que lo habitan.

Es cierto que para la reputación del oficio de la actuación no ayudan nada anécdotas como la que escuché de los productores de Asterix y los Juegos Olímpicos (2008): cuando Gérard Depardieu llegó a Alicante comprobó que la villa que le habían alquilado… no tenía piscina. Pues exigió que le construyeran una.

Entonces claro, los ciudadanos de a pie que pagan sus impuestos y escuchan estas historias ven en el colectivo de los actores dinero fácil, popularidad, mujeres (u hombres) sin límite, fiestas, glamour, etc. todo, por abrir la boca unos días delante de la cámara.

¿Pero qué es lo que no ven?

El oficio más difícil del mundo. Y literalmente interpretar es ser “otra persona”. Lo que, vista la complejidad extrema de la naturaleza humana, es algo… extremadamente difícil.

Prueben a contar de manera verosímil una historia de amor prohibido que acabó en tragedia en su adolescencia –por ejemplo- mientras sus ojos se llenan de lágrimas y rompen definitivamente a llorar. Pero háganlo delante de una cámara enorme, docenas de luces apuntando a su cara, una capa de maquillaje y una ropa que no es la suya. En un set artificial, poblado por 60 trabajadores que le están mirando porque su hora de ir a casa depende de usted, un director exigente, un agente nervioso y un productor que pondrá en sus espaldas el costo millonario de un retraso si hay que repetir la toma. ¡Ah! Y hágalo hablando solo, tras escuchar “motor, rueda, acción” porque el actor al que debería estar mirando está descansando para la próxima secuencia.

Este sería un caso fácil. No quiero añadir si hay un chroma, es decir si toda la ambientación que tiene el actor es una pantalla verde, o si hay que hacerlo a 10 grados bajo cero o a 40 grados sobre cero (porque de esas hay muchas).

Así que imaginen un proyecto de vida que consiste en esperar a tener un agente –primer golpe de suerte- que sea capaz de conseguir una audición –segundo golpe de suerte- en la que el actor o actriz sea seleccionado- tercer golpe de suerte- y que posteriormente apruebe el director –cuarto golpe de suerte- y el productor –quinto golpe de suerte- para una película que finalmente se acabe produciendo –sexto golpe de suerte- y que sea un éxito de taquilla –séptimo golpe de suerte. Y de nuevo, además es necesario tener talento. Y en ocasiones tener carisma, ser guapo/guapa, joven y sexualmente atractivo.

Algún día nos adentraremos en la labor inestimable de muchos actores como productores, impulsando proyectos, reduciendo sus salarios o directamente trabajando gratis, convenciendo a los estudios, invirtiendo su dinero, etc.

Una de cine rápida: sin Kirk Douglas no hubiera habido Espartaco (1960) tal como lo conocemos, ni con el guion de Dalton Trumbo ni con Stanley Kubrick. Una de TV rápida: sin Mark Walhberg (así de extraño es) no hubiera habido Boardwalk Empire.

De entrada, el cine independiente existe gracias a ellos, pero la peor combinación es encontrar un actor que piensa que gracias a él tu proyecto se volvió una realidad, con este actor sufrirás como director o como productor, sufrirás, mucho. Algún día contaré la experiencia personal que tuve con un actor mexicano durante la pre-producción de 3:19 (2008).