C’Mon C’Mon: mucho bla bla bla

24 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

C’Mon C’Mon: mucho bla bla bla

alejandro aleman

De todo acto humano, el de cuidar debe ser el que más amor expresa al semejante. Aquel que cuida a otro entrega un pedazo de vida, renuncia un poco así mismo, para que la otra persona pueda seguir y sanar.

C’Mon C’Mon, el cuarto largometraje del estadounidense Mike Mills es justo una película sobre el acto de amor que representa cuidar a alguien, lo cual tiene como consecuencia conocer más a la otra persona, en este caso un niño de nueve años.

Johnny (Joaquin Phoenix) es un periodista de radio que trabaja en un audio documental donde entrevistan a niños. Un día, la hermana de Johnny, Viv (Gaby Hoffman), le pide de favor que cuide a su hijo, Jesse (Woody Norman), pues ella tiene que hacerse cargo de su esposo (Scoot McNairy), pues tiene una crisis emocional.

Sin mucho aspaviento, Johnny acepta cuidar a su sobrino. Primero viaja a la casa de su hermana, pero como la ausencia de Viv se prolonga, Johnny decide llevarse a Jesse junto con él para que sea su compañero de entrevistas.

Johnny es soltero y nunca ha tenido hijos; uno esperaría que la llegada de Jesse a su vida desatara una hecatombe como cuando Dustin Hoffman repentinamente se tiene que hacer cargo de su hijo en Krammer vs. Krammer (Benton, 1979). Aquí pasa lo contrario, aunque Johnny está pisando territorio desconocido, se muestra tranquilo, abierto y no le supone ningún trabajo hacerse cargo de un niño.

El artificio que demuestra tanta tersura y falta de conflicto se compensa (un poco) con la química que existe entre Phoenix y el pequeño Norman.

Uno podría suponer que no es fácil ponerse cara a cara frente a un actor tan intenso como Phoenix, pero Woody Norman demuestra madera de verdadero actor confrontando, compartiendo y riendo junto con Phoenix.

La cinta se convierte en una especie de road trip en el que Johnny y el pequeño Norman conviven, trabajan juntos, platican (¿soy yo o Norman habla no como un niño, sino como un pequeño adulto?) e incluso leen algunos libros, cuyo nombre y autor el director nos hace el favor de poner, en grandes letras, al centro de la pantalla.

Los mejores momentos de la cinta (filmada, por cierto, en blanco y negro) no están en la intimidad inverosímil de sus protagonistas, sino en lo que pasa alrededor: las respuestas que dan a cuadro los niños entrevistados por Johnny (cuyas respuestas parecen reales) y en esos flashback de cuando, junto con su hermana, cuidaban a su madre enferma.

C’mon C’mon es una cinta con grandes actuaciones, pero que está más preocupada por la tersura y el bla bla bla, que por mostrar el esfuerzo que implica cuidar a alguien.

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