Los Mitchell contra las Máquinas: celebración a lo imperfecto

23 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Los Mitchell contra las Máquinas: celebración a lo imperfecto

alejandro aleman

Por contradictorio que parezca, The Mitchells vs. The Machines (Los Mitchell contra las Máquinas) es una celebración a lo análogo, a lo imperfecto, a lo humano; todo ello a partir de una animación hecha… por computadora.

El tono y estilo de esta, la más reciente cinta de los Sony Animation Studios (retrasada por la pandemia y por ello enviada directamente a Netflix), es un híbrido de dos de sus productos más exitosos: Lluvia de Hamburguesas (Lord & Miller, 2009) y Spider-man: Into the Spider-Verse (Persichetti, Ramsey, Rothman, 2018).

El estilo de animación pasa constantemente de la tercera dimensión a la animación plana que busca emular la estética de Instagram y TikTok en secuencias coloridas, abrumadoras y que están en clara deuda con su exitosa (y mucho más lograda, claro) cinta sobre Spider-Man.

Pero si el caos es la norma, el exceso de humor también está presente en una cinta que no se toma en serio a sí misma, y que justo cuando está por rebasar los límites de la cursilería o del “cine de mensaje”, activa el freno de mano para lanzar algún otro chiste que aligere de nueva cuenta la experiencia.

Los Mitchell son Rick (voz de Danny McBride), el típico papá boomer que no sabe nada de tecnología ni tampoco de adolescencia, ya que se la pasa peleando con su hiperactiva e hiperconectada hija adolescente Katie (Abbi Jacobson), mientras que su mamá Linda (Maya Rudolph) y su hermano menor, Aaron (Michael Rianda) tratan de hacer que ambos se lleven bien.

Katie está por irse a Los Ángeles para estudiar cine. A manera de despedida, su papá organiza de improviso un viaje en carretera con toda la familia, cosa que no tiene muy contenta a Katie a quien ya le urge huir de su familia de locos que no la entienden.

Lo que no saben es que están a punto de quedar atrapados en el apocalipsis robot: la I.A. de una importante empresa de tecnología (una especie de HAL pero con voz de Olivia Coleman) se ha rebelado y ahora un ejército de robots está cazando humanos.

En medio de una aventura llena de momentos hilarantes y absurdos (aquella pelea con un Furby gigante), la cinta hace énfasis en la belleza de lo imperfecto en oposición a la belleza artificial que inunda las redes: los Mitchell envidian a sus vecinos, quienes en sus fotos de instagram presumen de una mejor casa, mejor auto, mejores cuerpos.

Si bien es cierto que por momentos la película parece un regaño contra la cultura del celular, el humor la salva de convertirse en un sermón para mutar en una divertida crítica a la manía de experimentar la vida a través de este cristal negro que cargamos todos los días.