La noche de este miércoles, el subsecretario Hugo López-Gatell dio por primera vez una estimación del tamaño que realmente debe tener la epidemia de Covid-19 en nuestro país: se calcula que había 26,519 personas infectadas, además de las 848 que habían sido confirmadas hasta el 28 de marzo.
Esto significa que por cada persona en la que se ha confirmado la presencia del virus SARS-CoV-2 por medio de una prueba de PCR, hay más personas contagiadas. Esta estimación se hace a través del Sistema Centinela, que opera de forma regular para vigilar los brotes de influenza , y que en esta ocasión se adaptó para incluir al nuevo coronavirus.
El Sistema Centinela funciona con 375 unidades de salud monitoras de enfermedades respiratorias (USMER), repartidas en todo el territorio nacional. A los datos obtenidos por éstas se suma la información de 26 mil centros de salud, clínicas y hospitales del país. La confirmación por prueba de PCR se lleva a cabo solo en las USMER, pero se hace un cruce de información con la datos de las clínicas generales para conocer los antecedentes de cada paciente.
En México se han procesado 16,697 pruebas para Covid-19 hasta el 28 de marzo de este año, fecha que corresponde a la semana 13 epidemiológica según data en los boletines epidemiológicos de la Secretaría de Salud.
Error en la estimación
Un problema con el dato que aportó López-Gatell es que no tiene un porcentaje de error. En ciencia, el error no es igual a una equivocación sino es un cálculo de la incertidumbre de un resultado.
En cualquier epidemia, y más cuando hay muchos casos asintomáticos, se asume que hay enfermos no detectados, pero también se hacen cálculos para tener una idea aproximada de cuántos son esos casos.
Para este tipo de cálculos, se toman en cuenta un multitud de factores, como el número de contagios que realiza una persona que ya tiene la infección o la estimación de cuántos casos asintomáticos hay por cada uno de los que desarrolla síntomas graves. Cada uno de esos números es, a su vez, una estimación, aun cuando esté basado en mediciones hechas, en este caso en China o en Italia.
Además, se asume que los números deben variar de país a país, dependiendo de la conducta de las personas y de qué tan susceptibles son por su edad o comorbilidades.
Por ejemplo, el número de contagios varía dependiendo, entre cosas, de la conducta de las personas, por lo que puede ser distinto no solo entre países sino entre las distintas regiones del país.
En cuanto a la susceptibilidad a desarrollar la infección, México tiene la ventaja de tener una población joven grande, que probablemente sea asintomática, pero la grave desventaja de tener altos índices de diabetes, enfermedades cardiovasculares, y sobre todo obesidad y sobrepeso.
Todas estas estimaciones y aproximaciones hacen que sea imposible dar un número exacto, por lo que cualquier resultado de una estimación debería decir su porcentaje de error; es decir, en este caso, dar un rango en el que se debe encontrar el número real de personas contagiadas.
La entrevista
Hasta ahora, López-Gatell, a pesar de presentarse cada noche a las 19:00 horas, no había dado a conocer la cifra de casos estimados con Covid-19. Sin embargo, el 6 de abril se publicó una entrevista en la que Richard Ensor, corresponsal de The Economist, quien le preguntó por qué no lo habían hecho.
La pregunta fue posterior a que el subsecretario había explicado su convicción de que la transparencia absoluta con toda la información era fundamental para tener la confianza de la gente y para que esta reaccionara mejor a las indicaciones.
“No es que nos interese restringirlo, sino que los números del modelo todavía no están disponibles porque apenas empezó a operar”, dijo López-Gatell y aclaró que esta estimación en el modelo Centinela se pasa a la Fase 2, lo cual sucedió el lunes 23 de marzo. También explicó que el flujo de información desde los miles de unidades de salud del país es lento porque no está actualizado ni optimizado.