*Morena, sigue siendo un movimiento

19 de Abril de 2024

Lourdes Mendoza
Lourdes Mendoza

*Morena, sigue siendo un movimiento

Las palabras de Andrés Manuel López Obrador podrán llegar a todas partes, menos a Morena, instituto político que conformó el tabasqueño en 2011 y que tres años después obtuvo su registro como partido. Yeidckol Polevnsky no entendió que el triunfo avasallador de Morena no fue gracias a ella como presidenta, sino al liderazgo de AMLO.

Ese partido se ha convertido en la manzana de la discordia, donde no llegan las palabras de su máximo y único líder: “No son los cargos lo que tiene que importar sino los cambios a la transformación del país”, “deseo a todos los partidos que resuelvan sus diferencias con el método de la democracia”, “sufragio efectivo, no reelección”, “si el partido que ayudé a fundar se echara a perder, no sólo renunciaría a él, sino que me gustaría que le cambiaran el nombre”…

El lunes amanecimos con un presidente interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, y una secretaria general que aún se autoproclamaba presidenta, Polevnsky. El diputado con licencia asegura que es tiempo de poner orden y caminar hacia la unidad y ella dice que a Ramírez Cuéllar lo engañaron, manipularon y le mintieron sobre la situación del instituto político.

Lo primero que hizo Ramírez Cuéllar al ser electo como presidente interino no fue hacer las pases con Polevnsky, sino enviar una carta a la panista Laura Rojas para separarse de su curul y meterse de lleno a Morena, licencia que fue aprobada en el martes en la Comisión Permanente.

Por cierto, qué les cuento, que cuando un diputado pide licencia es común que sus compañeros de bancada, incluso de otras, le externen un breve mensaje de reconocimiento a su trabajo y los buenos deseos para cumplir con su próximo encargo. Bueno, pues esta vez a Ramírez Cuéllar no le dijeron palabra alguna, es más, Mario Delgado, su excoordinador y aspirante a la dirigencia de Morena, ni siquiera votó; en ese momento se le vio usando su teléfono. ¡Así de gacho!

Ramírez Cuéllar no era cualquier legislador, sino el presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, el más solicitado de septiembre a diciembre por aquello del reparto del Presupuesto de Egresos de la Federación; el legislador que llegó con la bandera de terminar definitivamente con los fondos y fideicomisos opacos. Él llega a la dirigencia de Morena en medio de un alboroto, tal y como entró hace años a la Cámara de Diputados: en caballo, atropellando a todos.

Uno de los funcionarios que sí le dio una palabra de aliento fue el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, quien en su cuenta de Twitter escribió: “Le extiendo una afectuosa felicitación a @alfonsoramirezc por su importante nuevo nombramiento, deseándole el mayor de los éxitos”.

Mientras, en la otra esquina del ring se encuentra Polevnsky, quien impugnará el proceso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero, como diría el senador Ricardo Monreal, “que Dios la ilumine”. Y es que ella no entendió que en su momento debió retirarse, así que se fue quedando sola, sin apoyos y sin el respaldo del número uno de Morena: AMLO.

A muchos de los simpatizantes y militantes no les gustó nada que Polevnsky estuviera envuelta en escándalos, entre ellos que el SAT le condonara 16.4 millones de pesos en 2013, sus compras de marcas fifís y sus dichos en contra de otros militantes, bueno, ustedes recordarán su famoso: “Tenemos que cuidar al partido porque son muchas las sabandijas que se nos han infiltrado”.

Ahora Morena no tiene una estructura y un padrón que cada vez más se desinfla, pues acreditó la militancia de 307 mil personas, cuando en 2019 tenía 319 mil. En este momento, los de Morena deben entender que el tiempo corre para dar resultados como partido y gobierno porque se siguen comportando como oposición. Los momentos de hoy son muy lejanos a un partido en el gobierno.