Garro y su realismo mágico
Considerada un ser lleno de contradicciones y enigmas; su obra mereció los premios 'Xavier Villaurrutia' y 'Sor Juana Inés de la Cruz'

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La narradora, poeta, periodista y dramaturga, Elena Garro, trascendió como pionera del realismo mágico y autora de una vasta obra, referente en la literatura mexicana del XX.
Considerada un ser lleno de contradicciones y enigmas, Garro (11 de diciembre de 1916 - 22 de agosto de 1998), quien nació en la ciudad de Puebla, logró a través de la escritura, exorcizar miedos, liberarse de atavismos y otorgar otro matiz a la condición femenina, de acuerdo con información del centro cultural que lleva su nombre.
Sus padres fueron José Antonio Garro Melendreras, de origen asturiano, y Esperanza Navarro Benítez, mexicana, quienes procrearon además a Devaki, Sofía (murió cuando era niña), Estrella y José Albano.
Si bien nació en la capital poblana, su infancia la vivió en Iguala, Guerrero, etapa que reconoció como la más feliz junto con su primer lustro de adolescencia, época en la que ya vivía en la Ciudad de México.
“De esa temporada proviene el volumen de cuentos de La semana de colores (1964)”, de acuerdo con la investigadora literaria chilena Gabriela Mora, coautora de un estudio sobre Garro, citada por la fuente.
En 1936 realizó estudios de Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se desempeñó como coreógrafa y actriz del Teatro Universitario bajo la dirección de Julio Bracho (1909-1978), en ese momento sus principales intereses eran el teatro, la danza y la literatura.
Mientras cursaba la preparatoria conoció a Octavio Paz (1914-1998), con quien se casó el 25 de mayo de 1937 y cuyo primer viaje como matrimonio los condujo a España, debido a la invitación que el poeta y futuro Premio Nobel tenía al Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura.
De esa estancia surgió Memorias de España 1937, obra en la que Garro describe su convivencia con personajes como Rafael Alberti (1902-1999), Silvestre Revueltas (1899-1940), César Vallejo (1892-1938) y León Felipe (1884-1968).
La pareja regresó a México y a fines de 1938 nació la hija de ambos, Helena Laura Paz Garro (1938-2014), a quien cariñosamente llamaban “La Chata”.
De 1946 a 1952 la familia Paz Garro vivió en París, Francia, sin embargo, más tarde viajó por varias metrópolis europeas y pasó algunos meses en Japón, para finalmente en 1953 regresar a la capital mexicana. Elena Garro trabajó como periodista y guionista a partir de 1954; sin embargo, en 1957, tras la separación de Octavio Paz, su vida se torna más activa y sus guiones “Perfecto Luna” y “Las señoritas Vivanco” fueron llevados a la pantalla grande.
Ese mismo año la Universidad Veracruzana publicó su trilogía teatral “Un hogar sólido”, “Andarse por las ramas” y “Los pilares de Doña Blanca”, las primeras de las cuales había sido estrenada en 1956 por el grupo Poesía en Voz Alta.
Su primera novela, Los recuerdos del porvenir, cuya historia gira alrededor de los problemas de la guerra cristera, obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1963.
Entre 1963 y 1968 se dedicó a escribir novela, cuento y teatro, además continuó con sus colaboraciones periodísticas y su activismo a favor de los campesinos.
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El movimiento estudiantil de 1968 le acarreó una serie de inconvenientes por los que decidió salir del país junto con su hija. Primero, radicó de 1971 a 1974 en Estados Unidos; luego de 1974 a 1978 estuvo en España, y entre 1981 y 1993 se asentó en Francia.
Garro encontró de nuevo consuelo en la escritura, y así publicó Andamos huyendo Lola (1980), Reencuentro de personajes (1982), La casa junto al río (1983), Y Matarazo no llamó (1991), Busca mi esquela, Un corazón en un bote de basura (1996) y Primer amor (1996).
En 1991 regresó a México para ser objeto de una serie de homenajes en Guadalajara, Aguascalientes, Monterrey y el Distrito Federal. Entonces decidió quedarse a vivir en su país de nacimiento.
De los reconocimientos a su trabajo sobresalen el Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón por Testimonios sobre Mariana, en 1994 y el Premio Nacional de Narrativa Colima a Obra Publicada (1996) por las novelas Busca mi esquela y Primer amor. También en 1996 se hizo acreedora al Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que recibió en el marco de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.
Elena Garro, quien pasó sus últimos años en Cuernavaca, Morelos, con su hija, murió el 22 de agosto de 1998 aquejada de un cáncer de pulmón.
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