Gobiernos locales, “daltónicos” ante semáforo epidemiológico

19 de Julio de 2025

Gobiernos locales, “daltónicos” ante semáforo epidemiológico

Aunque actividades no esenciales están prohibidas
durante los colores rojo y naranja, los estados han flexibilizado el cumplimiento de la norma para la reapertura de sus economías

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El semáforo epidemiológico, instrumento diseñado por el gobierno federal para la reapertura económica de los gobiernos locales en medio de la contingencia ocasionada por el Covid-19, tiene parámetros generales sobre el tipo de actividades permitidas, según el nivel de riesgo, que no necesariamente van de acuerdo con las funciones que se permiten en cada región.

Según la última edición, seis estados aparecen en alerta máxima, y sólo están permitidas las actividades esenciales; otros 25 figuran en color naranja (en la que hay algunas actividades en espacios públicos que pueden efectuarse con aforo reducido), y sólo Campeche en amarillo, lugar que ya contempla todas las actividades económicas.

Sin embargo, a pesar de las restricciones generales publicadas en el anexo técnico del Diario Oficial de la Federación el 14 de mayo, los estados que figuran en color naranja, la mayoría en esta nueva edición quincenal, son más o menos permisivos con el tipo de actividades autorizadas a los gobernados con el fin de frenar la propagación del virus.

Aguascalientes, que retrocedió en la evaluación y figura en rojo, ya cuenta con protocolos sanitarios para que operen a la mitad de su capacidad, los lugares dedicados a la venta de alcohol por copeo.

Según el protocolo publicado en la página oficial, los bares deben contar con filtros necesarios para tomar la temperatura a los clientes y tapetes sanitarios. El personal portará cubrebocas y caretas todo el tiempo. Los lugares pueden colocar túneles de sanitización, si así lo deciden, y los clientes pueden retirarse el barbijo mientras permanezcan en el lugar y consuman.

En Colima, algunos negocios considerados no esenciales comenzaron a operar antes de tiempo, La secretaria de Salud, Leticia Guadalupe Delgado Carrillo, dijo que ello contribuyó al incremento en el número de casos durante los últimos dos meses. El escenario ideal para el estado sería el cierre de actividades, pero ante la imposibilidad, el gobierno apuesta por la reapertura gradual. La recomendación a la ciudadanía es no ingresar a negocios que no cuenten con medidas sanitarias y no realizar fiestas ni aglomeraciones.

En el estado de México y en la capital, que llegaron a ser el epicentro de la pandemia en el país, las autoridades sanitarias matizaron su propio semáforo para permitir actividades sin minimizar el riesgo. En el caso de la entidad gobernada por Alfredo del Mazo, hoy en color naranja, no sólo están contempladas las actividades esenciales sino la realización de eventos culturales, de esparcimiento y deportivos con un menor aforo. Los cines, museos y teatros, iniciaron su reapertura a una menor capacidad con el uso obligatorio de cubrebocas y respetando las medidas de sana distancia.

La Ciudad de México está en color naranja “tirándole al rojo”; es decir, permanece en semáforo naranja, pero con el indicativo de alerta, en el que el llamado a la ciudadanía es a permanecer en sus hogares en la medida de lo posible. Los negocios esenciales mantienen actividades.

En otros giros no considerados prioritarios, como cines, centros religiosos y plazas comerciales, el aforo está reducido a la mitad y bajo estrictas medidas sanitarias. Los restaurantes también funcionan a capacidad reducida con tomas de temperatura y medidas de higiene. Las albercas fueron abiertas; no así los gimnasios.

Chihuahua, otro estado que figura en color naranja, estableció una distancia mínima de tres metros entre las personas para garantizar la “sana distancia”. Según el documento publicado en el periódico oficial, están prohibidos los torneos y los deportes de conjunto, además de que la fabricación de autopartes, aunque es considerada una actividad esencial, sólo opera al 50% de su capacidad. Los templos permanecen cerrados, así como los casinos, bares, centros nocturnos, centros deportivos, centros culturales y balnearios.

De inicio, el semáforo epidemiológico se contempló como un instrumento de carácter obligatorio en el que las autoridades locales pueden realizar cambios para endurecer las medidas, so pena de incurrir en responsabilidades administrativas.