“Se tardan veinte o más años de paz para hacer a un hombre y bastan veinte segundos de guerra para destruirlo.”
Balduino I de Bélgica, en su discurso ante el Congreso de Estados Unidos, 1959.
La pandemia declarada en marzo de 2020 hizo que el año pasado fuera complicado y excepcional, pero además todo lo vivido potenció que este 2021 se iniciara casi de forma generalizada con amplias expectativas y esperanzas, lo cual nos permitirá continuar enfrentando el virus, además de buscar soluciones a problemas colaterales derivados de las medidas para evitar el contagio que se dieron en áreas como la economía, la seguridad, la educación, el sector salud y el medio ambiente, entre otros.
Sin embargo, no se debe perder de vista que los conflictos y las guerras desafortunadamente continúan siendo un punto que debe ser atendido; de forma anual la organización estadounidense sin fines de lucro Council on Foreign Relations especializada en política exterior y asuntos internacionales realiza una evaluación sobre los posibles enfrentamientos y su impacto.
De acuerdo a este análisis denominado Preventive Priorities Survey: 2021 el cual se enfoca en la clasificación de conflictos en curso o potenciales basados en la probabilidad de que ocurran o se intensifiquen, en 2019 se contabilizaron al menos 34, en 2020 33 y para este 2021 se prevén 35 puntos de atención.
Sin embargo de estos 35 conflictos se identificaron 9 clasificados como de primer nivel: 1) El aumento de la tensión militar en la península de Corea por el desarrollo de las armas nucleares por parte de Corea del Norte, 2) la inestabilidad política en Afganistán, 3) la reimposición violenta del control gubernamental de Siria, 4) la aceleración del colapso económico y la inestabilidad política en Venezuela, lo que podría llevar a nuevos disturbios violentos, 5) la presión política y económica de China contra Taiwán, 6) un posible enfrentamiento armado entre Irán y Estados Unidos o uno de sus aliados por la participación de Irán en conflictos regionales y el apoyo a grupos militantes sustitutivos, 7) Un ciberataque contra las infraestructuras críticas, 8) la intimidación rusa contra algún país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y 9) un ataque terrorista con víctimas masivas.
A pesar de no ser mencionado dentro de los conflictos de primer nivel, el incremento de la violencia relacionada con el crimen organizado y los cárteles del narcotráfico ha hecho que México se contemple dentro del conteo por cuatro años consecutivos desde el 2018, e incluso fue mencionado en la publicación del 2014.
Y es que, en nuestro país, las cifras de víctimas de homicidio doloso no disminuyen, de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública durante el 2020 se reportaron más de 2 mil asesinatos por mes y tan solo en noviembre se tuvo un promedio de 89 homicidios por día; y a pesar de que no toda muerte está relacionada con el crimen organizado, sí es importante que el incremento de la violencia sea considerado como un conflicto grave que debe no sólo ser analizado sino solucionado.
Hoy a pesar de que el combate cuerpo a cuerpo continúa existiendo, ha quedado limitado por el uso de tecnología, imaginemos el caos que ocurriría si se realiza un ataque inesperado que desactivara los satélites militares de alerta temprana utilizados para detectar el lanzamiento de misiles nucleares, pero además actualmente las armas cibernéticas no sólo son poco detectables a simple vista, sino que su eficacia radica precisamente en su invisibilidad y el énfasis absoluto en la protección del secreto de las operaciones cibernéticas hace que sea muy difícil desarrollar medidas para protegerse.
Independientemente de lo complicado que resultaría iniciar una tercera guerra mundial en medio de la batalla contra la Covid-19 la lógica de la guerra es compleja y en una era donde el dominio de la inteligencia artificial puede conducir a enfrentamientos agresivos y con daños enormes, solucionar las tensiones debe ser un punto vital en las agendas de riesgo de todos los países.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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