¿Cómo va la gran renuncia?

29 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

¿Cómo va la gran renuncia?

simon vargas

“El éxito no se logra sólo con cualidades especiales. Es sobre todo un trabajo de constancia, de método y de organización”. Víctor Hugo

El término Great Resignation se le atribuye al profesor Anthony Klotz de la Universidad de Texas A&M, y hace referencia a un fenómeno de dimisión laboral que comenzó en julio del 2020, en el cual millones dejaron voluntariamente sus puestos creando espacios sin cubrir y por ende un importante porcentaje de servicios sin otorgar.

El suceso ha sido replicado en países como el Reino Unido, Francia y Australia, además de ser digno de análisis por distintos motivo. Sin embargo, el principal radica en que hasta hace unos años el aumento de las tasas de dimisión era proporcional a periodos de estabilidad económica, no al contrario. Es decir, usualmente cuando existe posibilidad de recesión los trabajadores optaban por permanecer en sus puestos laborales, no por renunciar.

De forma sorpresiva, la Gran Renuncia ha puesto de manifiesto la decisión de millones de personas por mantener en equilibrio su vida personal antes que la laboral. Sin embargo, otra de las razones importantes para cambiar de trabajo de acuerdo a la encuesta Global Workforce Hopes and Fears Survey del Pew Research Center realizada en marzo de 2022 a más de 52 mil trabajadores de 44 países, es el salario, ya que el 71% lo cita como una razón clave.

Desafortunadamente, la tendencia parece continuar este 2022, y aunque la retribución económica es importante para renunciar, la realización en el trabajo y la posibilidad de ser uno mismo se sitúan en segundo y tercer lugar entre los empleados que se plantean un cambio laboral.

La Gran Renuncia dio a las reglas del juego un giro significativo, ya que la lealtad laboral plantea una restructuración y obliga a las empresas a buscar nuevos métodos para retener el talento y así aumentar la productividad.

Nuestro país también ha presentado este fenómeno. De acuerdo a datos del Ranking de Competitividad Mundial emitido por el International Institute for Management Development, alrededor del 40% de las empresas, durante este 2022 han mostrado renuncias de sus trabajadores argumentando exceso de trabajo, estancamiento laboral, estrés, temas emocionales y la búsqueda de mejores sueldos y prestaciones.

Ante este acontecimiento no se debe perder de vista el empoderamiento del trabajador y la creciente competitividad, pero sobre todo que, aunque dicha renuncia masiva está siendo impulsada por los milennialls —quienes son más propensos a la insatisfacción laboral, al cansancio y al desapego de los valores de las compañías—, también son abundantes los casos de altos ejecutivos que dejan sus empleos. Es decir, el fenómeno está afectando a todas las capas sociales y laborales.

Es así que, una de las mayores transformaciones expuesta por la pandemia ha sido la necesidad de que la flexibilidad laboral sea cada vez más amplia, ya que muchos empleados consideran que debe eliminarse la idea de que para disfrutar la vida es necesario sacrificar espacios de recreación, personales, de pareja o familiares; pero sobre todo, muchos han puesto en perspectiva los niveles de estrés e insatisfacción laborales en comparación de la preferencia de una vida más simple.

Es claro que la Gran Renuncia es un fenómeno digno de análisis. ¿Por qué se ha vuelto más común el renunciar? ¿Hemos hecho consciencia de que la vida no es eterna y anhelamos recuperar las relaciones perdidas? ¿Las nuevas generaciones traen consigo cambios sustanciales de paradigmas? Pero sobre todo, ¿qué consecuencias traerá este suceso a largo plazo? ¿Y cómo debemos enfrentarlas?