Las autoridades monetarias de Estados Unidos están conscientes de que a pesar de que la inflación iba en bajada, ésta aún se encontraba por arriba de la meta que se considera sana para que la economía crezca en armonía.
Los analistas veían un declive en la formación de precios y no se explicaban los discursos de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, de continuar con aumentos en las tasas de interés. Pero el jueves pasado el Buró de Estadísticas Laborales, el encargado de medir la inflación, reveló que hubo un rebote, situación que se alinea a las intenciones del banco central estadounidense de continuar atacando.
La inflación en Estados Unidos registró un aumento a 3.2 % anual durante julio, un mes previo fue de 3.0 %, y, con este resultado, se cortaron 12 meses consecutivos desacelerando los aumentos de precios.
De acuerdo con la información oficial, lo que más incidió en la inflación de julio fue el índice de la vivienda, representando más del 90 % del aumento de los precios del mes y empujando también los precios de los seguros automotrices.
Al igual que la inflación en México, Estados Unidos tiene problema en los precios de los alimentos, los que se elaboran en casa que crecieron a una tasa anual de 4.9 %, mientras que la comida fuera de casa registró una de 7.1 % anual. Pero esto se compensó con una caída en los precios de los energéticos de 12.5 % anual.
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Cabe destacar que los energéticos tienen un efecto transversal multiplicador sobre los precios, ya que estos productos no se pueden reemplazar fácilmente en los procesos productivos o del transporte, no así en otras mercancías o servicios que si aumentan pueden ser sustituidos por otros de menor valor, lo que evita presiones mayores. Entonces esa baja en los energéticos es significativa para la economía más grande del mundo, pero no suficiente para disipar el fantasma inflacionario.
El dato de inflación debilitó al dólar y lo mantuvo errático en parte de la jornada del jueves, y esto benefició al peso mexicano momentáneamente, porque tras el anuncio de política monetaria del Banco de México de mantener la tasa de interés intacta por segunda ocasión, le restó fuerza a la moneda azteca y le regresó estabilidad al billete verde.
Tras darse a conocer la inflación de Estados Unidos a las 6:00 horas, horario del centro de México, el dólar descendió hasta los 16.90 pesos, una apreciación de 0.84 % para la moneda mexicana, o de 14 centavos respecto al cierre previo; pero después del comunicado del Banxico, el billete verde se regresó hasta los 17.1217 pesos, una caída de 0.40 % para nuestra divisa.
Lo anterior sucedió porque mientras que las autoridades monetarias de Estados Unidos prevén seguir aumentando las tasas de interés para contener y disipar las presiones inflacionarias, Banxico está estático y tiene en el radar un recorte a su tasa de interés, lo que consecuentemente cierra la brecha entre estas dos tasas y le resta atractivo a invertir en pesos, por lo que dejan de fluir dólares a la economía de nuestro país y hacen un dólar un poco más caro.
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