El trabajo invisible

15 de Agosto de 2025

Sunny Arely Villa Juárez

El trabajo invisible

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El trabajo de cuidado es esencial para la existencia humana. Ante el confinamiento causado por la pandemia de la Covid-19, se volvieron más tangibles actividades como la limpieza, la preparación de alimentos, el mantenimiento de la vivienda, lavar y planchar ropa, la administración del hogar, efectuar las compras, los cuidados y apoyo entre miembros del hogar y a externos. Sin el desarrollo de estas actividades nuestra vida diaria se vería trastocada.

El 80 por ciento de la población en México realiza trabajo de cuidado no remunerado. Ante el confinamiento, del 2019 al 2020 la población mexicana incrementó en 81 millones de horas el tiempo que le dedica a este trabajo, según la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado 2020. Sin embargo, la distribución del trabajo es desigual entre mujeres y hombres. En promedio, por cada hora de trabajo de los hombres, las mujeres trabajan 2.6 horas.

A pesar de que el trabajo de cuidado es fundamental para mantener la economía, se realiza principalmente de manera no remunerada y no es considerado en la medición del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, al contabilizar el tiempo dedicado al trabajo no remunerado éste equivale al 26.7% del PIB y son las mujeres quienes aportan 73.3% de este valor. Revalorar este trabajo e insertarlo de manera bien retribuida en los mercados formales abriría espacios para el crecimiento y la reactivación económica frente a la pandemia.

La invisibilidad y no remuneración de este tipo de trabajo corresponde a una injusticia sistémica que ha permeado en el tiempo. En la actualidad este trabajo persiste y es asignado principalmente a las mujeres, según lo reflejan las estadísticas antes proporcionadas.

Más aún, el problema público del trabajo de cuidados no remunerado ha sido invisible en la agenda pública nacional y se ha profundizado en los últimos años. Del 2018 al 2020, el presupuesto asignado a los programas presupuestarios que se dirigen de manera directa o indirecta al cuidado se redujo en 10 mil 605.7 millones de pesos, dejando en muchos casos desprotegida a la población que se beneficiaba de estos.

Reconocer, revalorar, redistribuir, retribuir y representar el trabajo de cuidados no remunerado es una vía para impulsar el desarrollo sostenible. El trabajo doméstico y de cuidado genera bienes y servicios que además de satisfacer las necesidades de los miembros del hogar, tienen valor económico que debería ser contabilizado en la producción nacional.

Además, trasladar parte del trabajo de cuidados al sector público y privado promovería la profesionalización de las y los proveedores, así como la creación de empleos remunerados. También se contribuiría a la reducción de las desigualdades que genera la división sexual del trabajo doméstico y de cuidado y un piso de oportunidades más equitativas para toda la población.