La historia empresarial mexicana suele contarse en fragmentos. Se recuerda a los personajes, se repasan los hitos y se describen los avances tecnológicos que transformaron al país. Sin embargo, pocas veces se observa la trayectoria completa, esa que conecta el origen de una compañía con su impacto actual. El estreno del documental FEMSA 135 Años: Legado en Movimiento aborda precisamente esa línea de continuidad. No recurre a la nostalgia ni pretende idealizar el pasado. Su premisa es más sencilla: mostrar cómo una empresa se construye cuando la disciplina, la visión y el trabajo colectivo se vuelven principios inamovibles.
El documental, producido en colaboración con Editorial Clío, se transmite desde el 28 de noviembre por televisión abierta y estará disponible a partir del 1 de diciembre en el canal de YouTube de Clío. Su recorrido inicia en un Monterrey agrícola y en proceso de industrialización, donde un grupo de emprendedores apostó por un proyecto cervecero que, con el tiempo, trascendió su propósito original. Las imágenes y entrevistas presentan etapas que permiten comprender cómo la compañía evolucionó de una cervecería regional a un grupo multinacional presente en 18 países y con más de 392 mil colaboradores.
La narrativa plantea una presencia empresarial que no se limita al crecimiento económico. Subraya el énfasis en la responsabilidad social, la sostenibilidad y el respeto por la dignidad de las personas. El documental recupera la visión de Don Eugenio Garza Sada y Don Eugenio Garza Lagüera, quienes entendieron el papel de la empresa como un agente que debe crear valor más allá del beneficio inmediato. Esa convicción sentó las bases de una forma particular de gestión, marcada por el capitalismo consciente y la idea de que los negocios necesitan propósitos claros para trascender.
En palabras de José Antonio Fernández Garza-Lagüera, Director General de la compañía, el documental ofrece una mirada íntima a una historia que aún se escribe. Para él, la reputación se vuelve un activo que abre puertas en cualquier mercado, siempre que se sostenga con hechos verificables. La reflexión no se presenta como un discurso institucional, sino como una conclusión lógica tras 135 años de transformaciones.
El estreno de Legado en Movimiento es también una invitación a revisar el papel de las empresas en un país donde los retos sociales y económicos cambian con rapidez. La pieza audiovisual sugiere que la continuidad, la innovación y la resiliencia no solo son estrategias de negocio, sino decisiones que permiten que una organización se mantenga vigente y que su influencia tenga efectos duraderos en las comunidades donde opera.
MÚSICA QUE TRANSFORMA
Hace unos días, Mazatlán vivió dos semanas marcadas por un acontecimiento poco común: la consolidación del Festival de Metales del Pacífico como un encuentro internacional para intérpretes, estudiantes y público general. La segunda edición reunió a artistas como James Morrison, Zoltán Kiss, Sérgio Carolino, Louis Dowdeswell, Matilda Lloyd y Gileno Santana, así como al trombonista mexicano Alejandro Carballo. Su presencia convirtió al puerto en una capital mundial de los instrumentos de metal.
El festival realizó más de 25 actividades, entre conciertos, clases magistrales y encuentros formativos. Los escenarios fueron tan diversos como simbólicos: desde la Catedral Basílica hasta el Acuario de Mazatlán, donde un recital de tuba y piano generó uno de los momentos más distintivos del programa. La participación de la Somos Música Big Band, reforzada por músicos de talla internacional, ofreció una de las noches más celebradas.
Las clases magistrales fueron un punto central. Zoltán Kiss y Louis Dowdeswell compartieron técnicas avanzadas; James Morrison impartió una sesión en colaboración con Lizos Music; Gileno Santana expuso una visión contemporánea de la trompeta. Jóvenes provenientes de distintos estados y de Latinoamérica accedieron a espacios de formación que difícilmente se encuentran en el país.
El encuentro también generó una narrativa distinta en el contexto estatal. En una región donde las noticias suelen centrarse en la violencia, el festival fortaleció la imagen cultural del puerto y mostró que el arte puede funcionar como herramienta de cohesión social. La organización y la colaboración con instituciones locales permitieron que miles de personas vivieran una experiencia colectiva que trasciende lo artístico.
Con esta edición, el Festival de Metales del Pacífico avanza hacia su consolidación como un referente global. Mazatlán mira ya a su tercera edición con una expectativa creciente, sostenida por una comunidad que reconoce en la música una forma de construir identidad y proyectarse hacia el exterior.