Sin mayor demora, el secretario general de la Universidad Autónoma de Guerrero, Rogelio Ortega, se convirtió en el gobernador relevo de Ángel Heladio Aguirre. Dicen los que saben que la designación es harto interesante, por las relaciones de don Rogelio con todos los grupos rebeldes y clandestinos –oséase guerrillas-, que le dan más posibilidad de apagar el fuego inmediato que otros aspirantes al cargo. Ortega, por cierto, tiene una denuncia penal en la PGR, interpuesta por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública, por ser enlace de las FARC, la guerrilla colombiana, en México. Su nombre apareció en la computadora de Raúl Reyes, el dirigente de las FARC abatido en Ecuador en 2008.