Pese a que la moneda mexicana se ha mantenido estable aparentemente, la realidad es otra. Dicho de otra manera, aunque un dólar siga valiendo alrededor de 20 pesos y se haya mantenido cerca de ese nivel en los últimos tres años, el costo de las mercancías sí ha aumentado, por lo que tenemos una devaluación disfrazada.
La revista The Economist creó en 1986 una medición con base en una de las hamburguesas más famosas que se vende en casi todo el mundo, la Big Mac de McDonald’s, que se ha convertido en un referente para comparar los ingresos y el poder adquisitivo de una nación a otra. Es como una guía para evaluar el nivel correcto de las monedas contra el dólar estadounidense, de una manera más divertida.
Según la medición de The Economist, el peso mexicano tiene una depreciación real frente al dólar de 42.5%, sólo por debajo del peso de Colombia que es de 43.50 por ciento. Cabe mencionar que sólo la corona Noruega y el franco suizo están por arriba del dólar, o mejor dicho, tienen una apreciación real frente a la divisa estadounidense de 10 y 20%, respectivamente.
Pero ¿qué tan depreciada está la moneda mexicana y qué se puede comprar? Esta pregunta se puede responder siguiendo el índice Big Mac, y aplicando el ingreso mínimo de un país contra el de otros.
Un salario mínimo en México es de 172.87 pesos por jornada diaria, mientras que el precio de la hamburguesa de Ronald McDonald en nuestro país es de 3.34 dólares, el equivalente a 68 pesos, por lo que por un día de trabajo con la paga mínima por ley en México podrían comprarse 2.5 hamburguesas.
Esto significa que la moneda mexicana tiene un poder adquisitivo similar al de las monedas de Colombia, Perú, Honduras y Guatemala, y por arriba de Brasil y Nicaragua, ya que en estos dos últimos casos solo les alcanza para dos hamburguesas.
Sin embargo, si quisiéramos comprar una Big Mac con nuestro sueldo mínimo en Suiza, que es la parte del mundo donde es más costosa, pese a ser el mismo producto se tendría que destinar el 81% del salario mexicano, mientras que comprarla aquí en México sería el 39 por ciento.
En contraste, un salario mínimo suizo, hablando de un solo día, en México podrían comprarse hasta 35 Big Mac, y con el de Estados Unidos, 31.
Inflación vs. Big Mac
Los efectos inflacionarios en el índice de la hamburguesa no pasaron inadvertidos, ya que por ejemplo en México se tuvo el mayor incremento porcentual entre 2021 y 2022, un aumento de 24.6% en dólares, y de 24.95% en pesos, al triple de incremento que la inflación de 7.36% anual el año pasado.
Argentina y Uruguay, así como China y Canadá, tuvieron aumentos a doble dígito en el costo de la hamburguesa, pero por abajo del incremento en nuestro país.
El valor de la Big Mac en México en 2021 era de 2.68 dólares o 54 pesos, pero sufrió los efectos inflacionarios a 3.34, o lo que significa 68 pesos, siendo el tercer aumento anual en término de dólares para nuestro país.
›Aunque la inflación ha permeado en todo el mundo, con el costo de una Big Mac en México puede comprar: 1.4 litros de aceite vegetal, o 3.5 kg de azúcar o 4.6 kg de tortilla o dos litros de cerveza. Pero si se quiere comprar carne de res, sólo alcanzará para 350 gramos de bistec o 628 gramos de pechuga de pollo o 600 gramos de pollo rostizado.
La inflación desatada tras la recuperación económica de la crisis sanitaria, que ha deteriorado a las economías globales y que ahora se ha intensificado por los daños colaterales de la guerra entre Rusia y Ucrania (principalmente en los productos agropecuarios y energéticos), podría hundir más a la moneda mexicana en su valor real frente al dólar, pese a mantenerse cerca del promedio de las 20 unidades el billete verde.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y dependencias como la Secretaría de Hacienda, han presumido la estabilidad del peso durante la administración morenista; sin embargo, como se muestra sí hay un daño a nuestra moneda en la realidad en los últimos años.
Otro dato que pone en evidencia que la divisa mexicana no es tan fuerte como aparenta, sino que tiene debilidad, es que nuestras mercancías que exportamos, principalmente a Estados Unidos, al momento de canjear dólares a nuestra moneda resulta en menos pesos, mientras que se hace más trabajo, pese a tener entradas históricas de divisas tanto por las exportaciones como por las remesas.
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