La Portada | Centro Histórico, bajo el imperio de las mafias

21 de Mayo de 2024

La Portada | Centro Histórico, bajo el imperio de las mafias

Centro Histórico

En el Centro Histórico, comerciantes se someten a los “entres” para trabajar y no ser molestados por algún grupo criminal que recorren a plena luz del día las calles portando radios, gorras y una cangurera para guardar el dinero que recolectan

En el epicentro político del país, porque confluyen las sedes de los gobiernos federal y de la Ciudad de México, y a tan sólo dos y cuatro kilómetros de las oficinas encargadas de investigar y perseguir los delitos, se ha construido un negocio multimillonario, que es ilegal.

Se trata de los cobros de piso a la informalidad y a locales fijos en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Una red que llega a recibir hasta un millón de pesos cada 24 horas. Un negocio que no han podido desarticular las autoridades capitalinas.

El miedo entre los comerciantes impide utilizar sus nombres reales, ni sus ubicaciones precisas, pero están dispuestos a contar sus historias que ejemplifican la operación de grupos criminales que controlan esa zona de la alcaldía Cuauhtémoc.

Don Fidel, vendedor de gorditas que está deambulando en una calle aledaña a la de Corregidora, en el primer cuadro de la capital, se le acercaron un par de tipos a pedir la cuota diaria y le dijeron que a él le correspondía pagar 150 pesos. No había opción de negarse.

Oiga, esos que llegaron ¿qué querían?, se le pregunta.

-“Vienen por la cuota del día”, responde.

¿Cuánto le pidieron?

-“150 pesos”.

Y ¿Sólo a usted?

-“No, a todos los que vendemos”.

¿Y todos deben pagar 150 pesos?

-“No, son diferentes cuotas, depende lo que vendas, pero pueden cobrarte de 100 a 250 pesos. Si quieres vender debes de entrarle, vendas o no vendas”.

Al caminar por esas calles históricas capitalinas, se pudo observar, antes de llegar con don Fidel, que después de marcharse los individuos, continuaron con el mismo ejercicio: cobrar a cada uno de los cerca de 15 puestos que estaban en esa banqueta.

Es la situación que se vive en las calles del primer cuadro de la Ciudad de México, y que puede dejar ganancias no fiscalizables de entre 500 mil y un millón de pesos por día a las mafias, líderes y funcionarios del gobierno, aseguran los entrevistados. Se trata de cobros no oficiales y que no se sabe a ciencia cierta cuál es el destino de ese dinero y sus usos.

Los individuos que son plenamente reconocidos por los comerciantes no cuentan con alguna identificación o distintivo que acredite si son parte del gobierno local o de alguna asociación de comerciantes que brinde representación y protección, pero sí tienen el poder de pedir la cuota de uso de piso.

En el caso de los hombres que pidieron cuota en toda la calle donde estaba don Fidel, tenían alrededor de 30 años, usaban gorras, uno de ellos llevaba una cangurera en donde guardaba el dinero que se les pagaba y ambos portaban radios.

Y a pesar de que ocurre a plena luz del día, todos los días, y que Palacio Nacional está en el mismo primer cuadro de la Ciudad, lo mismo que las Oficinas de Gobierno de Claudia Sheinbaum, estos grupos no detienen su rutina diaria y visitan a cada uno de los comerciantes que no tienen licencia para operar, pero es tolerado por las autoridades.

El ambulantaje en la administración de Marcelo Ebrard fue disminuido, casi erradicado, con un plan de recuperación de espacios; sin embargo, poco a poco ha regresado al perímetro más transitado de la República mexicana y al parecer cada vez son más los vendedores informales que hay en las calles de la zona.

Todo el Centro Histórico se reparte en dos alcaldías, en menor proporción la Venustiano Carranza y la Cuauhtémoc concentra más del 80 % del territorio. De acuerdo con las cifras del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México, 22 mil 400 ambulantes hay en esas dos demarcaciones. De ese número, se calcula que alrededor de cuatro mil están en el primer cuadro y cerca del 95 % no cuentan con algún permiso que acredite su actividad en la vía pública.

Suman 25 o hasta 70 millones

Pacorro, como conocen al vendedor en un puesto de dos metros por metro y medio, responde sobre los cobros que le llegan a pedir los líderes. “A mí me cobran por mes 25 mil pesos por el espacio que ocupo, si quisiera más espacio para mi mercancía debo pagar más, y aunque quiera, mi vecino tiene su lugar y no permitiría que me extienda”, mencionó el comerciante. Pacorro tiene un puesto en el que puede vender uno u otro producto, dependiendo la temporada y la mercancía que llegue a las calles de Matamoros o en El Carmen, que es donde se surte para la venta.

La obtención de dinero por el pago de derecho de piso para los inmiscuidos les deja una derrama que puede llegar a 25 millones de pesos mensuales y que en épocas de mayor vendimia, como la decembrina, las ganancias se vuelven incalculables por el número de comerciantes que se agregan y los clientes que arriban de diferentes partes del país, no sólo de la zona metropolitana, pudiendo dejarles entre 40 y 70 millones de pesos mensuales sólo por ese impuesto ilegal en la zona, un negocio sin huella fiscal que seguir y que da recursos a las mafias y grupos políticos posiblemente involucrados.

De acuerdo con otros comerciantes informales, dependiendo la zona del Centro Histórico son las formas de cobrar. Por ejemplo, en calles de mayor venta como el Eje 1, o las calles aledañas a Mixcalco, el cobro es por metro cuadrado, independientemente de lo que vendas, “el entre” es de 150 pesos por metro cuadrado al día, entre más espacio ocupes más debes pagar, explican.

Comercios establecidos no escapan

Pero no sólo los ambulantes se enfrentan al pago de derecho de piso. Los comercios establecidos también deben lidiar con las cuotas para evitar ser molestados.

Según Ángel, dueño de un restaurante que se ubica en calles atrás de Catedral, si él desea tener libre su espacio, su banqueta y entrada del ambulantaje tiene que pagar 150 pesos por metro cuadrado. Este es un pago diario. En total paga 600 pesos, es decir, 18 mil pesos mensuales para que no le invadan cuatro metros; mientras que su vecino, con quien comparte el terreno desembolsa otros 300 pesos y el taquero de la esquina del negocio otros 300, es decir, 36 mil pesos pagan por el espacio que ocupan. Dicho de otra manera, casi seis sueldos mínimos, lo que equivale al salario de seis personas que podrían tener un trabajo e ingreso dentro de sus establecimientos.

“Se acercaron a mí hace tiempo y me dijeron: tu negocio es de aquí para adentro (señalando el acceso de su restaurante), afuera no te pertenece, si quieres que esté libre debes pagar por tener libre el espacio”, recuerda el empresario.

¿Has pensado en ya no pagar, crees que haya represalias?, se le pregunta

-“Mira, un colega a penas perdió la vida y se dice que fue por negarse al pago, no sé qué tan cierto sea, pero lo que sí sé es que, si no pago, inmediatamente me invaden con mercancía los espacios que tengo pactados, y sé y he visto que es un gran problema poder retirarlos después, porque las cuotas suben y los ambulantes que llegan se aferran a quedarse, son una verdadera mafia que sangra el bolsillo”, dijo el vendedor.

Así, esto nos revela que no sólo el comercio informal está sometido, sino también el que está en la legalidad, ese que paga impuestos y que cumple con las reglas para operar y no ser molestado, pero al final se enfrentan a líderes comerciales o mafias que cuentan con grupos de choque y que tienen sometidos a los negocios del primer cuadro de la Ciudad.

“Debes lidiar con esto todos los días, ya es parte de la forma de hacer negocio (...) y es mejor que tener que enfrentarte a la Unión Tepito, a la Antiunión, o a la llamada Nueva Unión (que es una alianza de la Unión Tepito con el Cártel Jalisco Nueva Generación). Mejor llevamos la fiesta en paz y seguimos trabajando”, comentó Ángel, a quien se le cambió el nombre por razones de seguridad.

Ni oigo ni veo

Esto sucede pese a que a dos kilómetros y medio al Centro Histórico, en la colonia Doctores, se encuentra la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y a cuatro kilómetros la policía preventiva capitalina tiene su cuartel general, autoridades con la capacidad de investigar y frenar a ese tipo de grupos de extorsionadores.

Casos como los cobros indebidos en las terrazas de los restaurantes en el Zócalo, que se consideran en la anarquía total por los consumidores, para las personas que trabajan en la zona, son resultado de que las mismas autoridades y grupos exigen las cuotas y obligan a que se hagan esa clase de actividades ilegales, coincidieron los múltiples comerciantes entrevistados.

“Crees que las autoridades de la delegación desconocen que en las terrazas del zócalo cobraban 250 pesos por la vista, claro que lo saben, claro que les toca algo de eso, así ha sido siempre. Ahora hay quejas en Facebook y TikTok, pero vas a ver que si vas en unas semanas más, ese cobro te lo harán de una u otra forma, porque es un dinero que deben pagar por estar jalando gente en espacios públicos”, menciona Daniel, un empresario que tiene un restaurante por la calle de Motolinía. Daniel hace uso de la vía pública para colocar mobiliario y vender alimentos y bebidas.

¿Por las mesas que tienes en la vía pública pagas algo?, se le pregunta.

-“Tengo un permiso de la delegación y se pagó, pero aún así debo pagar a la gente que cobra el derecho de piso, debo dar mi cuota”, explicó.

¿Cuánto es lo que das?, se le insiste.

-“No tengo la cifra exacta, de eso se encarga mi gerente y ya sólo me entera que se hicieron los pagos”.

¿Tú exiges otro tipo de pago a tus consumidores como el que hacían las terrazas del Zócalo?

-“No, simplemente mis precios están exhibidos y no hay nada oculto”.

Millones de pesos son los que se generan por el uso de suelo y es dinero que no entra a las arcas del Gobierno de la Ciudad, mafias que actúan que beneficia a unos cuantos, y no se refleja en la mejora de los servicios públicos, pero que son pagados con tal de continuar trabajando.

En la Ciudad de México, en las 16 alcaldías, conforme a cifras oficiales, hay cerca de 4.1 millones de personas que trabajan en el ambulantaje, ya sea que son los dueños o trabajadores y representan 49 % del total de las personas ocupadas de la capital, revela un estudio del Senado de la República, cifra que en 1990 era incomparable, ya que se tenía un registro de sólo 50 mil comerciantes en ese entonces, lo que significa que en 40 años éste ha crecido 8100 %.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) mostró un sondeo que levantó entre comerciantes de pequeña y gran escala, y reveló que los comercios en México deben pagar un tributo ilegal que puede ir de 500 pesos semanales hasta 50 mil pesos mensuales.

“Es un impuesto ilegal e inmoral que se cobra por el derecho a trabajar y fomenta la criminalidad para fondear las finanzas de las pandillas delincuenciales que azotan tres cuartas partes del territorio nacional, con un saldo rojo púrpura”, denunció la Alianza.

La ANPEC reacciona ante el nefasto hecho y señala, “lo más grave no es el hecho mismo de la extorsión, sino que nos estamos acostumbrando a ella y cada vez la vemos con mayor naturalidad, como un fenómeno per se que ahí está, algo que se debe calcular a la hora de cualquier emprendimiento o apertura de negocio.

Si alcanzas el éxito comercial con el que soñaste, al que te comprometiste y esforzaste en obtener, deberás entender y aceptar de antemano que hay que pagar un diezmo del 20 % de tu utilidad a los delincuentes por ambas razones, por el derecho a trabajar y por el hecho de ganar dinero”.

El impuesto puede ser más costoso que la legalidad misma de la que se han quejado los emprendedores, calcular el ISR (Impuesto Sobre la Renta), el IVA (Impuesto al Valor Agregado), entre otros estatales que diluyen las ganancias, pero el caso del impuesto ilegal-inmoral, es un pago que muchas veces pudiera estar de por medio la integridad física y/o la vida del empresario o su familia.

Según datos del gobierno federal, la extorsión en México es uno de los delitos del fuero común que más ha crecido en los últimos años, y en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha incrementado 7.8 %, y es una de las transgresiones que más trabajo le ha costado al gobierno en turno lidiar con ella.

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