Boletas sobrantes
La cantidad de boletas que no se usaron el pasado 1 de junio ha llamado la atención y ha generado polémica en torno al INE

PRI, PAN y Somos México exigen anulación de elecciones judiciales por baja participación y presuntas irregularidades.
/Foto: Victoria Valtierra Ruvalcaba / Cuartoscuro
Ahora surge una nueva narrativa interesada, la del supuesto desperdicio materializado en los muchos millones de boletas impresas y no utilizadas en la elección judicial. Los números son impresionantes: se imprimieron 600 millones de boletas y se utilizaron solo 78 millones. El resto, 524 millones para ser exactos, se quedó sin usar, pero listo y esperando a que las y los ciudadanos acudieran a las urnas.
Culpar al INE de desperdicio es más que absurdo, pues su responsabilidad era garantizar las condiciones para que todo aquel con derecho y decisión de hacerlo, pueda acudir a expresar su voluntad en la urna. Solo hay que imaginar lo que habría ocurrido si los votantes llegan a la casilla y les dicen: “ya no hay boletas”, porque el INE hubiera decidido apostarle a la abstención y no imprimir suficientes, para ahorrarse un dinero.