De censora a heroína
El caso de la diputada petista-morenista Diana Karina Barreras, esposa de Sergio Gutiérrez Luna, ha dejado de manifiesto una mala característica que en la política mexicana
Sergio Gutiérrez, toma protesta durante la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, como nuevo presidente de la mesa directiva, luego del fallecimiento de la diputada Ifigenia Martínez.
/Mario Jasso
Luego de que la opinión pública, la de Citlalli Hernández y la de la presidenta Claudia Sheinbaum, le cayeron encima una tras otra y en días seguidos, la diputada petista-morenista Diana Karina Barreras, esposa de Sergio Gutiérrez Luna, decidió rectificar y tratar de convertirse en benevolente heroína.
Muy tarde, pero la diputada renegó de la sanción que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a instancia de ella misma, impuso a la ciudadana sonorense, Karla Estrella Murrieta: ofrecer una disculpa pública durante 30 días seguidos, por atreverse a opinar, en redes sociales, que la diputación de Barreras era producto de la influencia de su marido. Según los magistrados esa es violencia política de género y no una crítica, como si el influyentismo no existiera en la política mexicana.
Cuando un tribunal coloca la falsa corrección política sobre la libertad de expresión, el estado de Derecho está en peligro. La diputada podrá renegar de lo que ella misma pidió, pero no podrá quitarse notoriedad, toda negativa, que ganó con su queja. ¿Volverá el PT a postularla para algún cargo ahora que se volvió radioactiva?
