De Uruapan a Morelia

4 de Noviembre de 2025

De Uruapan a Morelia

No solo es la seguridad lo que muestra deficiencias en Michoacán, estado en el que la inestabilidad del gobierno es notable

Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán

Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador del Estado de Michoacán, durante la inauguración de instalaciones de la Guardia Nacional.

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Presidencia

El Michoacán de Alfredo Ramírez Bedolla es un polvorín y ahora no solo por el avance y la consolidación de las estructuras del crimen organizado que lo mismo cobra impuestos a limoneros y aguacateros, que asesina presidentes municipales, pues van siete en la gestión del actual gobernador. La inseguridad derivada del avance criminal, cuya más reciente expresión es el asesinato de Carlos Manzo, ahora se corona con la inestabilidad política consecuencia de la protesta social fuera de control y la represión a medios de comunicación para, ingenuamente, tratar de evitar que informen lo que ocurrió en la capital.

Provocadores infiltrados quizá, pero también una importante cantidad de ciudadanos enardecidos, tomaron por asalto el domingo el Palacio de Gobierno para exigir la salida del gobernador. Hay que decirlo con todas sus letras: en Michoacán hay ingobernabilidad y Ramírez Bedolla no ha podido poner orden, lo que obliga a preguntarse si no ha llegado el momento de declarar la desaparición de poderes para dar paso a una renovación que, lamentablemente, desde Palacio Nacional apuntale la recuperación de la estabilidad, la gobernabilidad y la seguridad en tierra purépecha.