Nacionalismo contra el libre comercio

Sobre el mismo tema, el discurso de la protección a las cadenas productivas y los empleos del país a través de la sustitución de importaciones, suena muy bien hasta que el nacionalismo revolucionario se estrella con el bolsillo de las personas y estas descubren que tendrán que moderar su consumo porque los productos importados subieron de precio o desaparecieron de las tiendas, y los nacionales son más caros. La pregunta que se hacen muchos es por que durante 20 año de importaciones chinas la planta productiva del país no despareció y el empleo, aunque insuficiente, nunca dejó de crecer. La respuesta, que a muchos disgusta porque la alternativa no se ve nada atractiva, es que Norteamerica, que incluye a México, está dejando atrás la época del libre comercio o, como le dicen algunos, la larga noche neoliberal.