Libertad de prensa mexicana, en el sótano mundial

5 de Octubre de 2024

Libertad de prensa mexicana, en el sótano mundial

Promo_522_México en el sótano de la libertad de prensa. Se ubica en el lugar 143 de 180 del ranking de RSF

De nueva cuenta, las agresiones y 
asesinatos contra reporteros colocan al país entre los peores para ejercer esta profesión

A lo largo de los últimos años, la libertad de expresión y garantías al ejercicio periodístico en nuestro país han registrado un declive, y el año que acaba de terminar no es diferente. Según el último reporte de la organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras y en el marco del Día del Periodista en México, nuestro país ocupa el lugar 143 de 180 en calidad de libertad de prensa, así como los últimos puestos en América Latina.

Según datos de esta organización, en los últimos cinco años, al menos 47 periodistas han sido asesinados en México debido a su trabajo periodístico, y de estos crímenes, 25 se han llevado a cabo desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo en 2018.

En el ranking, mundial que toma en cuenta factores como agresiones a reporteros y censura, México recibe una puntuación de 46.71, colocándolo así en la categoría de “países en situación difícil”. Asimismo, un conteo anual ubica la cifra de reporteros asesinados en siete tan sólo durante el 2021, por lo que fue calificado como “el país más peligroso del mundo para la prensa”.

A nivel global, tres cuartas partes de todos los periodistas asesinados a lo largo de los últimos cinco años en todo el mundo han ocurrido en 10 países; una lista en donde empatan México y Afganistán.

En cuanto a desapariciones mundiales, Reporteros sin Fronteras registra dos, ambas en México; la de Jorge Moltzín Centlal y Pablo Felipe Romero, los dos originarios de Sonora.

Finalmente, la impunidad contra el personal de prensa se considera casi total, ya que entre el 95 y el 99% de los asesinatos de periodistas queda sin resolver. Como ejemplo está el caso de los reporteros desaparecidos en los últimos años, de los cuales ninguno se ha resuelto.

Los pocos avances en materia de derechos no han sido suficientes para mejorar la situación de nuestro país, que el año pasado quedó en la misma posición. Esto se explica, según el informe, por colusión entre las autoridades y el crimen organizado, lo que amenaza la seguridad de los actores de la información.

Debido a esta situación, en los casos en los que un periodista investiga temas que pueden resultar incómodos molestos para el gobierno o el crimen organizado, ocurren amenazas, intimidaciones e incluso desapariciones y asesinatos, especialmente en ámbitos locales.