Hacer un recuento del trabajo del Instituto Electoral de la Ciudad de México en 2025 obliga a mirar un año que no solo fue intenso, sino retador. Dos procesos se desarrollaron en paralelo y exigieron coordinación estratégica, decisiones normativas oportunas y una gran logística: la primera elección del Poder Judicial de la Ciudad de México y la Consulta de Presupuesto Participativo 2025. Ambos ejercicios confirmaron que el IECM es mucho más que un organizador de elecciones: es una institución que hace posible el ejercicio cotidiano de los derechos ciudadanos.
El primer desafío fue delinear la elección judicial, una experiencia nueva para la ciudadanía y también para la autoridad electoral. El proceso implicó integrar y organizar, por primera vez, una contienda local para la renovación de 137 cargos: 5 del Tribunal de Disciplina Judicial, 34 magistraturas y 98 juzgados, con un total de 607 candidaturas registradas, de las cuales el 97% publicó información en el sistema “Conóceles Judicial”, lo que permitió que las personas votantes contaran con datos sobre quienes pretendían asumir cargos judiciales. La jornada se realizó el 1 de junio, con casilla única, lo que implicó coordinación estrecha con el INE para la lista nominal y para garantizar que la ciudadanía acudiera a un solo punto a emitir su voto federal y local. El diseño de boletas, la creación de 11 distritos judiciales, debates de nuevo formato y un modelo distinto de escrutinio y cómputo demandaron largas jornadas técnicas y normativas, para asegurar que la elección se realizara bajo los principios de certeza, imparcialidad y legalidad.
A la par, avanzaba el segundo gran ejercicio del año: la Consulta de Presupuesto Participativo 2025. Desde enero, el IECM recibió 22,702 proyectos ciudadanos, de los cuales, se sometieron a consulta 13,357 proyectos. Las Direcciones Distritales debieron administrar tiempos para seleccionar los espacios de las mesas receptoras de opinión, capacitar a responsables de mesa, dar seguimiento a los trabajos de dictaminación de proyectos y, finalmente, organizar la jornada de opinión. El 17 de agosto se instalaron 2,427 Mesas Receptoras de Opinión en las 1,781 unidades territoriales de la ciudad y participaron 283,845 personas, de las cuales 11,704 votaron por internet, cifra que representó casi el 60% de todas las opiniones digitales y un crecimiento notable respecto de ejercicios anteriores.
Además, el IECM abrió por primera vez tres modalidades que ampliaron derechos: voto desde el extranjero con credencial expedida en el extranjero; participación desde domicilio para personas en estado de postración y cuidadoras primarias; y participación desde centros penitenciarios para personas en prisión preventiva. Este paso no solo implicó procesos operativos nuevos, sino un mensaje claro: la democracia también se expresa cuando nadie queda fuera.
Ambos procesos implicaron también tareas silenciosas pero imprescindibles: producción de documentación y materiales; integración de expedientes; captura y publicación de resultados en distintos sistemas; selección de boletas para estudios de voto nulo; destrucción de documentación una vez agotadas las etapas legales; y reuniones de diagnóstico con áreas y Direcciones Distritales para identificar áreas de oportunidad. Con ese aprendizaje, ya se trabaja en mejores procesos para que la ciudadanía tenga mayor claridad y acompañamiento antes de la jornada.
Además del reto organizativo de los dos procesos, el IECM mantuvo en marcha su vida institucional ordinaria: se atendieron quejas y procedimientos sancionadores; se dio seguimiento a la conformación de agrupaciones políticas locales; continuaron los programas de educación cívica; se realizaron asambleas con pueblos de la Ciudad de México para la actualización del Marco Geográfico de Participación Ciudadana; se elaboró el Plan General de Desarrollo 2026–2029; se realizaron consultas con grupos de atención prioritaria de cara a la elaboración de los lineamientos de postulación para las elecciones de 2027, entre muchas otras actividades.
Los retos que vienen no son menores. Si 2025 fue intenso, imaginar 2027 —con posible simultaneidad entre elección judicial y elecciones de alcaldías, diputaciones y concejalías— obliga a pensar desde ahora en nuevas estrategias de educación cívica, difusión y planeación logística.
Queda cerrar el año reconociendo al personal que lo hizo posible y con una meta compartida: que 2026 sea un año en el que la ciudadanía conozca más, participe más y sienta que decidir sí sirve.
Feliz Año Nuevo.