Hoy es Noche Buena y para cuando este texto se publique será Navidad. He recibido muchos mensajes llenos de amor y buenos deseos, he mandado también algunos. Sin embargo, de entre todos, hubo uno que me emocionó, que tuvo el poder de motivarme y ponerme a pensar en lo que realmente significa esa trillada frase de “mis mejores deseos para esta Navidad” (¡gracias Rache!).
Luego de una reflexión, de recapacitar sobre el significado profundo (y también el banal) de lo que representa festejar esta fecha, del motivo y finalmente el pretexto para celebrarla, me di cuenta que lo que generalmente deseamos y nos desean –entre toda la parafernalia navideña- son lugares comunes: amor, salud, dinero, bendiciones, felicidad, paz… que si bien pueden ser honestos, pasan sin mayor pena ni gloria, los mismos año tras año. Son palabras que a las personas que no les gusta (o que les molesta) este evento anual, les pueden resultar enojosas y hasta ofensivas (conozco a más de una, ¡ja!).
Como acotación, valido aunque no comparto el desagrado por esta fiesta. No veo razón por la que nos deba gustar a fuerza algo que la mayoría idealiza, cada quien tiene razones y emociones que no osaría cuestionar, además, hoy parece estar de moda sentir este rechazo. Mi cariño también a los “Grinch” (¡buen personaje Dr. Seuss!).
Haciendo el ejercicio (maravilloso) de mirar el presente intensamente, concientizo que la gente que me rodea son personas a las que amo, con las que construyo mi historia y a las que me nace ver bien, imaginarlas en su mejor momento y llenas de vida, desde la acepción más vibrante del término. Desde este lugar donde soy mi presencia, es riquísimo ponerme creativa a la hora de los deseos. Quiero por ejemplo que la música invada su ADN, que las hormonas no les jueguen chueco en todo el año, que (los que estén en edad) tengan una vida erótica y sexual plena y sabrosa, que todo lo que coman sea delicioso, que la alegría los habite, pero que no se priven de sentir toda la gama sentimental, que no les falten proyectos y cosas que los motiven, que tengan siempre a quien dar y de quien recibir amor, que los viajes placenteros se les hagan presentes varias veces, que duerman tranquilos noches reparadoras, que lo material esté y lo esencial también, que se mantengan sanos en cuerpo y emoción, que la poesía recorra sus venas y sus ojos se llenen de belleza, que la piel sienta la dulzura y calidez de muchos abrazos y que su nombre sea lo primero en la lista de las cosas que más aman…
Todo esto se lo deseo a mi familia, a mis amigos y a todo aquel que haya llegado hasta estas líneas.
Un fuerte abrazo. @didiloyola
