Mariguana, última oportunidad

7 de Mayo de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

Mariguana, última oportunidad

Desde 2014 a la fecha, en promedio cada año se decomisan entre mil 500 y 2 mil toneladas de mariguana en México. Esta cifra no incluye la erradicación de cultivos de ese enervante que, por año, en promedio es de 8 mil a 9 mil hectáreas en por lo menos siete estados del país.

La cifra negra, de lo que no se logra detener y llega a los mercados ilegales de Estados Unidos y Europa, se calcula, de acuerdo con los especialistas, en el doble o el triple; es decir, de entre tres mil y 6 mil toneladas.

Si hacemos un cálculo con estos números de decomisos, considerando el precio de la mariguana en la sierra que se calcula en unos 200 pesos por kilo, resultaría que esa droga se pudo vender en 400 millones de pesos. Si consideramos que su precio aumenta cuando un cargamento llega a la ciudad y más o menos se vende en mil pesos el kilo, Esas mismas 2 mil toneladas de mariguana decomisadas habrían tenido un valor en el mercado de 2 mil millones de pesos.

Y si ese precio lo llevamos al extremo de colocar esa misma mariguana en la frontera con Estados Unidos, antes de cruzar y en donde se podría vender el kilo en unos 12 o 15 mil pesos, dependiendo la calidad, se obtendrían entre 24 mil y 30 mil millones de pesos.

Si la producción de mariguana fuera legal en México a estos números habría que quitarles algunos costos e impuestos, y seguramente disminuiría porque estamos hablando de un precio por ser un mercado ilegal. Aun así, el margen de ganancia anual sería casi proporcional al presupuesto de la Secretaría de Marina, por ejemplo, porque en México, considerando la cifra negra, se siembran por lo menos 4 mil toneladas de esta droga.

La mariguana mexicana está catalogada en el mundo como una de las mejores, por su calidad, textura y sabor. En Estados Unidos y Europa tiene mucha demanda, tanta, que se anuncia por su origen para elevar su costo, así se puede encontrar mariguana de Oaxaca, Guerrero o Michoacán, como las más caras, por ejemplo.

Este miércoles, en Estados Unidos, se aprobó que en ocho estados el uso de la mariguana sea legal, lo que ya suma 32 en los que se puede consumir con fines medicinales o recreativos esta droga. Es decir, más del 60% del territorio de nuestro país vecino está demandando su consumo, lo que representa una oportunidad económica para México, porque se utiliza para el tratamiento de cáncer, VIH/Sida, epilepsia o adicciones, por ejemplo.

Pero más aún, varios de los estados en que se permite el uso de la mariguana son mercados naturales de los narcotraficantes mexicanos, como Arizona, Florida, California, Nevada, Oregon, Illinois o Nuevo México, por ejemplo.

En México se han presentado propuestas para legalizar el uso medicinal de la mariguana. Como no se ha hecho un análisis serio sobre la producción de esa droga en el territorio y tampoco su potencial en el mercado legal, para entonces establecer los mecanismos de regulación y control de producción, venta y consumo del enervante, todas las propuestas formales que se han hecho hasta ahora carecen de una visión a largo plazo y de los mecanismos suficientes que permitan al Estado vigilar toda la operación, cobrar impuestos por ello y generar beneficios reales a los campesinos que ahora cobran unos 10 mil pesos al mes por sembrar o cosechar la planta o en los peores casos son tratados prácticamente como esclavos, dependiendo el cártel al que deban servir, el más cruel es el de Los Zetas que los convierte en casi esclavos.

¿Qué ha detenido hasta ahora una discusión seria que permita proyectar un sistema controlado de mariguana en México? Dos razones, los intereses y la falta de visión por parte de la administración del presidente y del Congreso. La información disponible es que grupos de interés han propiciado que no se presenten iniciativas con posibilidades de aprobarse. Habrá que descubrir qué intereses protegen.

La falta de visión es muy difícil de comprender, porque México gasta dinero, desgasta a sus instituciones, enfrenta la violencia, pone a los muertos y desaparecidos en su política de combate a las drogas de la que no sale beneficiado y afuera la droga se está legalizando a pasos agigantados, en mercados que en poco tiempo podrían convertirse en autosuficientes y entonces perderíamos una última oportunidad.

Son más de dos décadas de explorar en el periodismo desde un enfoque de seguridad nacional.

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