Casas Geo, la otrora mayor constructora de vivienda de interés social en México que en sus mejores momentos construía 160 casas al día, sin contar las que hacía en su fábrica de viviendas prefabricadas (muy feas, por cierto), la misma que intentó sin éxito conquistar mercados en Chile y Estados Unidos, morirá por eutanasia a los 45 años de edad. Se “ordena la disolución y liquidación” concluyeron los accionistas que tomaron el control de la viviendera que fundó Luis Orvañanos Lascurain, cuando tenía 29 años en 1973. La empresa fue Corporación Geo, mejor conocida por su marca comercial Casas Geo. En el “boom” de la vivienda que inició al final del sexenio de Vicente Fox tuvo su clímax con Felipe Calderón, periodo donde el Infonavit se centró en financiar hipotecas para los trabajadores. Por ejemplo, el instituto llegó a financiar en promedio diario casi dos mil viviendas. En ese periodo de jauja, Casas Geo, como líder de mercado construía casi 160 casas cada 24 horas, para un total cuatro mil 800 al mes o 57 mil 900 casas vendidas en 2011. Sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores eran vigiladas por todas las casas de bolsa serías, dada la rentabilidad bursátil que ofrecía la “viviendera”. Sin embargo, el sexenio pasado, en los primeros meses de Enrique Peña Nieto como presidente de la República, en una especie de cacería de brujas, emitió el Plan Nacional de Vivienda para su sexenio y cambió las reglas de la industria. Ese cambio tiró a los tres gigantes del sector: Casas Geo, Homex y Urbi.
De esas tres, dado el cambio de reglas y su obesidad (deuda), sufrieron un infarto financiero y para evitar su muerte prematura, tomaron la protección legal que ofrece la Ley de Concursos Mercantiles. Las tres salieron con una liposucción, pero con la quita de deuda también se fueron sus accionistas fundadores., En el caso de Casas Geo, a sus 42 años entró al Concurso Mercantil (proceso similar al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos) con deudas de dos mil 500 millones de dólares. Para sacarla de ese infarto, acreedores como Banamex, BBVA Bancomer, Santander y Banorte tomarán el control al intercambiar deuda por el 90% de las acciones de la compañía. En 2015, ya saneada, Orvañanos hizo sus maletas para abandonar las oficinas generales de Casas Geo en Coyoacán (Ciudad de México) y quedó en manos de banqueros y tres años después, se declara la eutanasia y con tres párrafos anunciar la muerte de la compañía. De las casi 160 viviendas construidas al día, en el primer trimestre de 2018, la empresa construyó en promedio diario tres casas (sí, tres casas). Por lo anterior, los accionistas en asamblea decretaron: “se ordena la disolución y liquidación”. “El efectivo disponible de Corporación Geo para continuar como negocio en marcha y hacer frente a sus obligaciones es insuficiente; la incapacidad de Corporación Geo para generar nuevos negocios que le permitan cumplir con su objeto social y con su plan de negocios; y que Corporación Geo se ha visto en la imposibilidad de generar efectivo y/o captar recursos suficientes para realizar su objeto social consistente, principalmente, en la construcción, desarrollo y operación comercial de bienes inmuebles”, informó la empresa a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Con eso, también mueren los planes futuros de la empresa, como los de abril de 1997 cuando Casas Geo pactó una alianza con la chilena Salfa para construir vivienda de interés social en ese país. Meses después de intentar conquistar América del Sur, el equipo de Orvañanos pactó la entrada a Estados Unidos con Beazer Homes para hacer vivienda popular en la Unión Americana. Además de la destrucción de capital para los inversionistas, se pierden miles de fuentes de trabajo en la construcción. Esa industria es la rama económica que mayor efecto multiplicador en la economía al comprar insumos de otras actividades como agregados pétreos, cemento, varilla, vidrio, loseta, entre otras tantas. Además de que es intensiva en uno de mano de obra. Las otras dos empresas que salieron del concurso mercantil son Homex y Urbi, aunque de momento que “descanse en paz Casas Geo”. RB