Cuando se cumple el escenario catastrófico del Subsecretario de Salud Hugo López-Gatell de llegar a 60 mil muertes, el rockstar del coronavirus contradice a la Organización Mundial de la Salud con respecto al uso de pruebas para el control de la pandemia. Qué descaro.
Hay que tener valor para desafiar en cadena nacional al Director de Emergencias de la OMS Mike Ryan y a la experta Maria Van Kerkhove quienes observaron, basados en los datos del gobierno, que la magnitud de la epidemia en México está subestimada por falta de pruebas.
Van Kerkhove afirma que “la métrica más útil es mirar el porcentaje de positividad. En situaciones donde 30%, 40%, 50% dan positivo de todas las pruebas que se realizan, significa que falta por contar un gran número de casos”.
México ha tenido una positividad de más del 50% y el martes registró un 43%, que de acuerdo a la OMS sigue siendo muy alto.
En países con baja intensidad de transmisión del 1% al 2% resultan positivo y “eso es lo que nos gustaría ver (en México)”. “Sin probar no sabemos dónde está el virus”, recalca.
Ryan coincide: “Ciertamente, la escala de la pandemia en México está subrepresentada. Las pruebas siguen siendo limitadas; aproximadamente tres por cada 100 mil personas al día en comparación con 150 pruebas diarias por cada 100 mil en otros países”.
“La positividad de la prueba se ha mantenido muy alta, cerca del 50% y eso significa que muchas, muchas personas han sido infra diagnosticadas o diagnosticadas tarde y esto está teniendo un impacto diferencial en el país”, acusó.
Además, “contrasta la mortalidad entre los distritos más ricos y los más pobres, en donde se tiene el doble de probabilidades de morir por Covid”, lamenta.
Y Gatell confiesa que “México hace el menor número de pruebas de la OCDE, hemos explicado una y otra vez cómo funciona la vigilancia epidemiológica que se basa en el reconocimiento de los síntomas” y bla, bla, bla.
Niega un principio básico de salud pública: “existe sobrada evidencia, es una falsedad que al mayor número de pruebas, mayor control”. Qué osaso.
Pide “evidencia” a los medios que lo cuestionan, pero no se necesita demostrar nada con más de 60 mil muertes que saltan a la vista. Y además evadió a la prensa cuando llegó la catástrofe.
El zar del coronavirus es quien debe presentar pruebas de por qué la estrategia de México es más efectiva que la de Alemania, Corea del Sur o China en donde el test, test, test, no está a discusión. ¿Con qué vara mágica hace sus mediciones?
Más allá de la retórica que informe cuántas personas dieron positivo y se quedaron en casa, cuántas hay en cuarentena, casos rastreados, sospechosos, cuántos con neumonía atípica y en dónde se encuentran.
En Wuhan, origen del virus, han registrado cuatro casos desde mayo luego de una estricta cuarentena y de hacer tests a sus 11 millones de habitantes.
¿De dónde saca Gatell que las pruebas no son un elemento fundamental para analizar la trayectoria del virus? Esa actitud es criminal, ha costado y costará más vidas. ejecentral alerta que puede haber hasta 30 enfermos ocultos por cada caso confirmado.
¿Por qué Gatell no enfrenta la verdad y reconoce que no hacen pruebas por falta de presupuesto? ¿Guardan recursos para comprar la vacuna porque no alcanza para pagarla a pesar de la ayuda de Carlos Slim?
La 4T recortó fondos a costa de la salud de millones de mexicanos y ahora el país se hunde en un exceso de mortalidad y en un infinito dolor.
Nunca hubo una estrategia para lidiar con los retos que enfrentaba México por el estado de salud de su población. Urge cambiar el rumbo, pero Gatell se niega, se lo impide el tamaño de su ego. Como decía Cicerón, “de todos es errar; sólo del necio perseverar en el error”. Está reprobado.