Trump podría crear déficit de mano de obra y aficionados para Mundial 2026

Por primera vez un Mundial de futbol es organizado por tres países. El mundial de Norteamérica, le dicen algunos. El mundial del T-MEC, le dicen otros. Aunque México, Canadá y Estados Unidos serán los anfitriones, es nuestro vecino del norte quien acaparará el torneo: recibirá 78 de los 104 partidos que se jugarán. Esto ha hecho que la mayoría de las miradas se dirijan a territorio estadounidense, máxime cuando las políticas migratorias del presidente Donald Trump podrían representar un riesgo para el 2026.

Y es que el mandatario republicano sostiene su idea de proteccionismo con el argumento de velar por la seguridad nacional a través de medidas restrictivas y prohibicionistas para personas de otros países que tienen planeado viajar para ser aficionados en la justa deportiva, así como para un sector de la población estadounidense (principalmente de origen latino) que puede fungir como mano de obra antes y durante el torneo.

¿Cómo afecta la política migratoria de Trump al Mundial 2026?

Hace unos días el presidente Trump firmó un decreto migratorio que impide la entrada a ciudadanos de 12 países (Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen) y la restringe para originarios de otros siete (Burundi, Cuba, Leos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela).

Del primer grupo, solo Irán ha clasificado para el Mundial 2026 pero se podrían sumar algunos más. Esto abre la interrogante sobre qué sucederá con los aficionados iraníes que deseen asistir a la justa deportiva si es que su selección tiene como sede Estados Unidos. Y es que en el decreto firmado por Trump solo se exenta de la medida a atletas, entrenadores y personal acreditado, es decir, la delegación de la Federación Iraní de Futbol no tendría problemas para ingresar a territorio estadounidense, pero los aficionados sí.

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Aquí surge la posibilidad de que se impulsen medidas especiales para permitirles la entrada, como ocurrió en los mundiales de Rusia (2018) y Qatar (2024), en donde las entradas a los estadios fungieron como visas temporales para quienes no contaban con el documento de autorización de entrada.

Otra alternativa es que la FIFA opte por asignar a Irán una sede en México o Canadá, ya sea de forma directa o con una “ayudadita” al momento del sorteo, el cual históricamente ha sido señalado de estar “a modo” aunque, hasta el momento sin pruebas de ello, para el negocio fluya: rivales accesibles para el anfitrión y las selecciones que más ganancias dejan.

Trump, las deportaciones de migrantes y la mano de obra

Como uno de los efectos de la política migratoria trumpista, está la implementación de deportaciones masivas. Solo en sus primeros 50 días, el gobierno estadounidense deportó a 33 mil indocumentados.

En este sentido, la Oficina de Estadística Laborales de Estados Unidos dio a conocer que en 2023 el 30% de los trabajadores de la industria hostelera (alojamiento, hospitalidad y alimentación, principalmente de turistas) son de origen latino. Es decir, las deportaciones podrían tener un efecto adverso en la mano de obra de este tipo de servicios de cara a junio de 2026, mes en que inicia el Mundial.

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De acuerdo con la Coalición Estadounidense de Inmigración Empresarial, alrededor de 4 millones de migrantes indocumentados trabajan en el sector agrícola, el cual es altamente relevante en un evento de esta magnitud.

¿Mundial 2026 con hostilidad?

Por otro lado, hay un enfoque en el que se vislumbra que el problema real que se vivirá en Estados Unidos durante el Mundial 2026 es la hostilidad y violencia a la que se podrían enfrentar cierto grupo tanto de aficionados como de migrantes.

Y es que la retórica en el discurso de Trump puede propiciar un ambiente hostil para latinos, africanos y otros visitantes que distan del perfil anglosajón que defiende el presidente. Milton Muñoz, especialista en relaciones internacionales, señaló que si bien pueden entrar en pausa, o terminarse, las redadas masivas, esto no implica que la recepción por parte de un sector de la sociedad estadounidense sea cortés y amable con ciertos indocumentados o aficionados que asistan a la Copa del Mundo.

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Al respecto, es preciso hacer referencia a la actualidad en Los Ángeles (una de las ciudades mundialistas), en donde las detenciones de migrantes han derivado en protestas que se han tornado violentas entre la comunidad y elementos de seguridad. Incluso, el presidente Trump envió a casi cinco mil elementos de la Guardia Nacional a esa parte de California para contener las manifestaciones.

Así luce el panorama en Estados Unidos a poco menos de un año del inicio del Mundial 2026, en el cual, tan solo por concepto de boletos para los 104 partidos (alrededor de 5.8 millones de entradas), se prevé una derrama económica de 2 mil 100 millones de dólares. Pero, será que el proteccionismo trumpista cede un poco para dejar que fluya la justa o estamos ante un escenario improbable.

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