“Jóvenes, construyan paz y esperanza con valentía, sean protagonistas del cambio. Sean agentes de paz en un mundo dividido”.
Papa León XIV
Problemas como la inestabilidad económica, las crisis políticas o la falta de inversión afectan significativamente a los jóvenes y a la lista también se deben anexar temas como el crimen y la violencia, los cuales pareciera que golpean cada vez con más fuerza y que no ceden terreno aún frente a los cambios y las acciones que se han tomado para revertir la creciente crisis de inseguridad.
¿De qué forma impulsar a las y los adolescentes?, ¿cómo ayudarles a alcanzar su potencial?, ¿qué hacer para involucrarlos para enfrentar las problemáticas que nos aquejan como sociedad?, ¿cómo la política puede convertirse en un área que fomente el trabajo coordinado y empático?
Es innegable que actualmente hacia el interior de MORENA se visualizan tensiones y conflictos internos que sin duda generan un ambiente que podría debilitar las acciones e iniciativas que se busca implementar. Tan sólo el pasado domingo 20 de julio se reunieron los integrantes del Consejo Nacional de Morena, en donde se notó la ausencia de importantes figuras como Andrés Manuel López Beltrán y Ricardo Monreal Ávila. Incluso durante su participación Alfonzo Durazo Montaño, Presidente del Consejo afirmó: “este momento nos obliga a reafirmar un valor fundamental: la lealtad, no a personas, coyunturas o conveniencias, sino a los principios y a las causas que nos dieron origen”.
Es probable que uno de los momentos más tensos se viviera el año pasado entre los coordinadores de las bancadas en las cámaras de Diputados y de Senadores, Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila, y es que el primero acusó a la administración de Monreal Ávila de irregularidades en contratos por más de cien millones de pesos; y para calmar la situación tuvo que intervenir la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez.
A lo anterior hay que sumar la fallida campaña de afiliación de 10 millones de simpatizantes a la que se comprometió Andrés Manuel López Beltrán, la incorporación del expanista Miguel Ángel Yunes Linares a sus filas tras supuestamente negociar su voto, así como la evidente inconformidad de la Gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García ante este hecho, y el señalamiento por parte del actual Gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez en contra del exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, presunto líder de “La Barredora”.
Es cierto que la política pareciera un espacio mucho más conflictivo en lugar de un sitio donde el diálogo y los acuerdos predominen, sin embargo, hoy es importante resignificar el trabajo en está área para que en él se puedan desarrollar principios y valores como la solidaridad, la empatía, la lealtad y el amor al prójimo.
Ningún ámbito puede desarrollarse y crecer si no se trabaja de manera mancomunada, conviene retomar las palabras del Arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, quien el pasado domingo 27, durante su gira en nuestro país destacó la confianza del papa León XIV en un multilateralismo que no se refugie en burocracias abstractas ante los temas urgentes globales como la migración, la promoción de los derechos humanos y la estabilidad geopolítica y regional.
Durante mucho tiempo se ha considerado que la religión y la política se encuentran en conflicto, sin embargo, frente a una sociedad cada vez más polarizada es necesario que no olvidemos el mensaje del Arzobispo Gallagher: “La Iglesia debe caminar junto a la sociedad civil y al Estado: no para dominar, sino para servir; no para imponer, sino para acompañar […] se pueden abrir canales de paz y cooperación; se pueden abordar las crisis antes de que se conviertan en catástrofes”.
Vivimos momentos complejos, pero, recordemos que en muchas ocasiones son justamente las crisis las que nos permiten reinventarnos y establecer nuevas acciones que disminuyan los problemas que considerábamos imposibles de vencer.
*Consultor en temas de Seguridad, Inteligencia, Educación, Religión, Justicia, y Política.