La detención de Alejandro Gilmare Mendoza, alias El Choko, y su traslado al penal de máxima seguridad del Altiplano es el golpe más fuerte contra las estructuras criminales que operaban en Ecatepec, pero también la sacudida política más peligrosa para Morena en el Estado de México.
El Choko no cayó de la nada. Desde inicios de 2025, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, trazó la Operación Enjambre para desmontar las redes de complicidades que habían convertido a Ecatepec en un santuario criminal. Y en el centro de ese entramado aparece un nombre incómodo: Azucena Cisneros.
No es posible negar los hechos: videos difundidos en redes sociales muestran a la hoy alcaldesa de Ecatepec al lado de El Choko, presentándolo como “un gran hombre” e incluso invitando a fiestas donde corrían armas largas, droga y alcohol como si fueran trofeos.
Bajo su manto político, la organización La Chokiza creció hasta controlar extorsiones,
despojo de viviendas, préstamos ilícitos y narcomenudeo. Ciudadanos del fraccionamiento Las Américas y de la Quinta Zona denunciaron cómo integrantes de esta banda ingresaban a viviendas, cambiaban cerraduras y marcaban las casas con calcomanías de su organización.
Hoy, con El Choko encerrado en el Altiplano, la amenaza para Morena no está afuera, sino adentro: cada declaración del capo puede arrastrar nombres y abrir expedientes.
La Fiscalía del Estado de México, bajo el mando de José Luis Cervantes Martínez, ya documenta cada una de estas complicidades. Y cuando las órdenes de aprehensión empiecen a caer, quedará claro que Ecatepec fue entregado a los criminales con la venia de políticos morenistas.
Andrés Manuel López Obrador lo entendió desde el inicio: cuando se le cuestionó sobre Azucena Cisneros, prácticamente la desconoció. Ahora el Gobierno Federal enfrenta la misma disyuntiva. No hay espacio para la ambigüedad: o se deslinda de ella o carga con el costo político de encubrir a una alcaldesa manchada por la sombra del crimen organizado.
La segunda fase de la Operación Enjambre tendrá que desplegarse con toda la fuerza del Estado. Ecatepec no puede volver a ser territorio entregado a criminales con credencial de aliados políticos.
La Cuarta Transformación está frente a una prueba de fuego: limpiar sus filas o cargar con la vergüenza de haber convertido al municipio más poblado del país en la capital de la impunidad.
Por más que Azucena Cisneros intente negar hoy cualquier acercamiento con El Choko, ya no depende de ella. El capo sabe demasiado y su propia estrategia de defensa será involucrar a quienes lo dejaron actuar con libertad y total impunidad. Su palabra puede convertirse en la piedra que derrumbe el castillo de complicidades en Morena.
El futuro político de Ecatepec estará marcado por lo que El Choko declare desde prisión. Cada nombre que pronuncie será un expediente abierto, cada revelación un golpe directo a quienes enarbolaron el discurso de la transformación mientras pactaban con el crimen. La ciudadanía ya no se conforma con deslindes tibios: exige justicia y claridad.
La dirigencia nacional de Morena, encabezada por Luisa María Alcalde, no puede cargar con lastres ajenos. Si quiere blindar al partido en el Estado de México, tendrá que tomar distancia inmediata de Azucena Cisneros y permitir que las investigaciones avancen sin protección política.
La disyuntiva es clara: o se corta de raíz la complicidad con el crimen organizado, o se paga el costo de permitir que Ecatepec se hunda en la violencia y en la traición a los principios de la 4T.
En Cortito: Nos cuentan que en los últimos años la delincuencia organizada en Ecatepec y en buena parte del Estado de México intentó hacerse pasar como sindicatos y organizaciones sociales, que supuestamente defendían a trabajadores, comerciantes, transportistas y todo tipo de gremios de supuestos abusos de las autoridades.
Así proliferaron organizaciones como La Chokiza, Grupo Táctico Delos, Sindicato 25 de Marzo, Sindicato 22 de Octubre, Mayas y la Uson, todos bajo el mando de un personaje que fue regidor y candidato a diputado por el PRD: Guillermo Fragoso Báez, El Jefe.
La Fiscalía General de la República informó que acaba de obtener una orden de aprehensión contra este sujeto que tejió acuerdos políticos a cambio de impunidad con la presidenta municipal morenista de Ecatepec, Azucena Cisneros Coss, y otros personajes que no tardan en salir a desconocerlo después de que recibieron grandes aportaciones económicas para sus campañas políticas.