Conectado, pero solos

13 de Mayo de 2025

Julieta Mendoza
Julieta Mendoza
Profesional en comunicación con más de 20 años de experiencia. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM y tiene dos maestrías en Comunicación Política y Pública y en Educación Sistémica. Ha trabajado como conductora, redactora, reportera y comentarista en medios como el Senado de la República y la Secretaría de Educación Pública. Durante 17 años, condujo el noticiero “Antena Radio” en el IMER. Actualmente, también enseña en la Universidad Panamericana y ofrece asesoría en voz e imagen a diversos profesionales.

Conectado, pero solos

Julieta Mendoza - columna

Julieta Mendoza

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EjeCentral

Hace unos días, leí un reportaje de El País que describía una delicada crisis de salud mental entre los jóvenes en España, y obviamente no pude evitar pensar ¿qué pasa con los nuestros en México? ¿Acaso estamos enfrentando un panorama similar? Con cada dato, cifra y testimonio, se hacía evidente que sí, que esta crisis también es nuestra. Y tal vez peor.

En un México donde las redes sociales se han convertido en el hilo conductor de las relaciones humanas, vivimos la paradoja de estar más conectados, pero al mismo tiempo, más solos que nunca. El fenómeno trasciende la anécdota: reuniones en las que los teléfonos son protagonistas, conversaciones superficiales y una desconexión emocional que crece como una sombra en nuestra juventud.

Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2023, siete de cada diez adolescentes entre 12 y 19 años reportaron sentirse tristes la mayor parte del tiempo. Más alarmante aún, el 6.3% de ellos ha tenido ideas suicidas, mientras que el 5.3% ha intentado quitarse la vida. Este panorama se agrava si consideramos que, según Publimetro, el número de mexicanos con problemas de salud mental aumentó un 60% desde 2018, alcanzando los 24 millones en 2024.

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Los ecos de la pandemia de COVID-19 aún perduran. El confinamiento y la interrupción de actividades escolares y sociales no solo trastocaron la rutina, sino que también intensificaron trastornos como la ansiedad y la depresión. La incertidumbre, sumada a una economía cada vez más precaria, dejó a muchos jóvenes sin un camino claro.

La pobreza y la falta de oportunidades son también protagonistas en esta crisis. Más de la mitad de los jóvenes en México vive en condiciones de pobreza, están desempleados o cuentan con empleos precarios, según la organización Alianza Jóvenes con Trabajo Digno. Para muchos, la incertidumbre económica no es solo un obstáculo, sino una barrera insuperable que afecta directamente su bienestar mental.

La situación es aún más crítica para la juventud LGBTQ+. Una encuesta realizada por The Trevor Project en 2024 reveló que más del 50% de los jóvenes LGBTQ+ en México consideraron seriamente el suicidio en el último año, y uno de cada tres lo intentó. La discriminación, el rechazo familiar y la falta de acceso a servicios de salud mental adecuados agravan esta realidad.

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México enfrenta esta crisis con un sistema de salud mental débil. Menos del 2% del presupuesto en salud está destinado a este rubro, y el país cuenta con menos de 0.4 psiquiatras y 1.5 psicólogos por cada 100 mil habitantes. Aunque instituciones como el Instituto Nacional de Psiquiatría, los Centros de Integración Juvenil y programas como el SAISME buscan mitigar la problemática, la cobertura sigue siendo limitada frente a la magnitud del desafío.

El periodista Derek Thompson acuñó el término “siglo antisocial” para describir una época marcada por el aislamiento autoimpuesto, impulsado por la tecnología y cambios en los hábitos de consumo. En este contexto, restablecer conexiones humanas significativas no es solo deseable, sino necesario. (El País, 2025)

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En México se necesita un enfoque integral que combine políticas públicas sólidas, mayor inversión en salud mental y programas educativos que promuevan el bienestar emocional. Urge capacitar a más profesionales, reducir el estigma asociado a los trastornos mentales y garantizar un acceso equitativo a la atención.

La juventud es el presente y futuro de nuestro país. No es lugar común.

Permitir que la soledad, la ansiedad y la desesperanza se normalicen sería una falla imperdonable como sociedad. Es momento de actuar, de escuchar y de demostrar que, incluso en la era digital, el contacto humano sigue siendo esencial para nuestra salud y nuestra humanidad.

Recursos adicionales:

  1. SAISME (IMSS Bienestar): Prevención y tratamiento de trastornos mentales.
  2. CONASAMA: Asistencia en salud mental y adicciones
  3. Directorio de Unidades de Salud Mental: unidades de salud mental y centros de integración social en el país.
  4. UNEME CAPA (CDMX): Servicios de psicología y psiquiatría.
  5. Línea de la Vida: Atención gratuita y confidencial para crisis ( 800 911 2000)