Doble impacto en la CDMX: dignidad para personas mayores y cero desperdicio

9 de Octubre de 2025

Pablo Trejo Pérez
Pablo Trejo Pérez
Diputado local por el Distrito 15 de Iztacalco

Doble impacto en la CDMX: dignidad para personas mayores y cero desperdicio

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Pablo Trejo

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EjeCentral

En mi labor como diputado en el Congreso de la Ciudad de México, he impulsado dos frentes legislativos que son cruciales para el bienestar y la sostenibilidad de nuestra capital: la protección de los derechos de las personas mayores en albergues y la urgente necesidad de combatir el desperdicio de alimentos en nuestros centros de abasto. Estas acciones reflejan un compromiso con la Agenda 2030, enfocada en la inclusión social y la gestión ambiental responsable.

La deuda de dignidad: fortaleciendo la Ley de Albergues

Nuestra Ciudad está inmersa en una acelerada transición demográfica. Las proyecciones indican que, junto con el Estado de México, la capital concentrará el mayor porcentaje de personas mayores del país para el año 2030, superando el 21% de la población. Esta realidad nos obliga a renovar nuestro marco jurídico para proteger a quienes cimentaron nuestra sociedad.

La iniciativa que presenté, junto con la diputada Nora del Carmen Barbara Arias Contreras, busca reformar la Ley de Albergues Privados para Personas Mayores de la Ciudad de México. El objetivo central es evolucionar de un enfoque puramente asistencialista a uno basado en los derechos humanos, alineado con la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.

La ley actual, que data de 2009, no ofrece una protección suficiente y expone a nuestras personas mayores a posibles abusos, negligencia y pérdida de autonomía. Es alarmante saber que a cuatro de cada diez personas mayores se les ha negado injustificadamente alguno de sus derechos, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022.

Para cerrar este vacío legal, propusimos la adición del Capítulo I Bis, “De los Derechos de las Personas Mayores”, el cual incorpora el Artículo 4 Bis. Este artículo consagra derechos fundamentales que aseguran su autonomía e independencia, entre otros, los siguientes:

  • Ingresar o egresar del albergue de manera libre y voluntaria, sin importar la vigencia del contrato.
  • Recibir información completa y continua en términos comprensibles y accesibles.
  • Participar de manera libre e informada en las decisiones que afectan su salud.

Esta reforma busca que los albergues se conviertan en entornos que promuevan activamente la dignidad y la toma de decisiones informadas, a la vez que se aborde la feminización del envejecimiento con una perspectiva de equidad de género.

Desperdicio de alimentos: una oportunidad desaprovechada

Mientras una parte de la población vive en inseguridad alimentaria, nuestro sistema de abasto desecha millones de toneladas de alimentos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que el 13% de los alimentos del mundo se pierde en la cadena de suministro, y otro 19% se desperdicia en el comercio minorista, servicios de alimentos y los hogares.

En México, se desechan 13.4 millones de toneladas de alimentos cada año. En la Ciudad de México, el Inventario de Residuos Sólidos 2022 reportó una generación diaria de 964.08 toneladas de residuos de alimentos. A pesar de esta cantidad, durante todo ese año, sólo se donaron 28.128 toneladas a comedores públicos y comunitarios.

Por ello, presenté un Punto de Acuerdo para exhortar a la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO) a fortalecer las estrategias que fomenten los bancos de alimentos en:

  • Mercados públicos.
  • Mercados sobre ruedas.
  • Tianguis, bazares, complementarios y demás centros de abasto de la Ciudad.

Aunque la Ciudad cuenta con el Programa de Certificación Cero Residuos de Alimentos (PCCRA), este se enfoca principalmente en grandes generadores y deja fuera de un esquema obligatorio a los tianguis y mercados sobre ruedas, que son puntos significativos de generación de desperdicio. La ausencia de un plan sistemático para estos espacios no sólo es una brecha en la gestión de residuos, sino una oportunidad perdida para combatir la inseguridad alimentaria.

La Ley de Economía Circular de la Ciudad ya faculta a la SEDECO a “Fomentar bancos de alimentos en mercados públicos, sobre ruedas y móviles”. Con este exhorto, busco que se dé cumplimiento a esta atribución, se incentive el aprovechamiento de alimentos, y se minimice su desperdicio, transformando un residuo en un recurso para nuestra sociedad.

Estoy convencido de que, al priorizar la dignidad de nuestras personas mayores y al garantizar un mejor aprovechamiento de nuestros alimentos, construimos una Ciudad de México más justa, inclusiva y sostenible.

X: @PabloTrejoizt