Dos mil millones de pesos desaparecidos: la traición de Alimentación para el Bienestar

13 de Octubre de 2025

Juan Pablo Beltrán
Juan Pablo Beltrán

Dos mil millones de pesos desaparecidos: la traición de Alimentación para el Bienestar

Juan Pablo Beltrán-

Dos mil millones de pesos. Esa es la obscena cantidad que Alimentación para el Bienestar, la institución creada para garantizar alimentos a los más pobres, entregó a empresas fantasma.

No fue un error técnico ni un descuido administrativo: fue un saqueo político. El dinero que debió transformarse en hospitales, becas y comida terminó inflando cuentas bancarias de prestanombres y compañías ficticias. El organismo que debía dar bienestar se convirtió en un monumento a la hipocresía: austeridad en el discurso, corrupción en la práctica. Eso no es bienestar, es traición.

Segalmex 2.0: corrupción reciclada

Este escándalo no surge de la nada. Alimentación para el Bienestar nació tras la caída de Segalmex, responsable de uno de los fraudes más grandes de los últimos años: más de 15 mil millones de pesos desviados. Se prometió que la nueva dependencia traería transparencia. Pero el resultado fue la copia del mismo esquema.

Una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad revela que al menos cinco empresas fachadas —FamilyDuck, Grupo Pelmu, Konkistolo, Abastémade y Todólogos.com— obtuvieron contratos por casi 2 mil millones de pesos. Con domicilios falsos, identidades robadas y prestanombres, montaron un negocio redondo: simular competencia, repartirse contratos y desviar recursos públicos.

El rostro del fraude

El caso de Vanessa Flores muestra la brutalidad del esquema. Mujer desempleada y con problemas de salud, descubrió que su nombre aparecía como dueña de Konkistolo S.A. de C.V., empresa que recibió más de 250 millones de pesos. Nunca firmó nada: alguien robó su identidad para convertirla en empresaria fantasma. Mientras ella trabajaba en un call center, su “doble” firmaba contratos millonarios con el gobierno.

Otras empresas repitieron la farsa. FamilyDuck y Konkistolo registraron como domicilio una oficina en la Roma; Grupo Pelmu declaró una imprenta en Azcapotzalco; Todólogos.com puso como sede unas torres de departamentos en Tlalpan. Todas direcciones inexistentes para compañías que recibían millones.

La Auditoría Superior de la Federación documentó además transferencias cruzadas entre estas empresas. Simulaban competir en licitaciones, pero eran parte de la misma red. El fraude no fue improvisado: fue un mecanismo diseñado para robar.

Alimentación para el Bienestar
Alimentación para el Bienestar. / Foto: @alimenbienestar

Dos mil millones que no llegaron al pueblo

Para dimensionar el tamaño del saqueo:

  • Treinta hospitales de especialidad pudieron haberse construido.
  • Doscientas mil becas para jóvenes pudieron haberse entregado.
  • Cuatro millones de canastas básicas pudieron haberse repartido.

Nada de eso ocurrió. Mientras el dinero se evaporaba, México enfrentaba hospitales sin medicinas, escuelas deterioradas y familias que no pueden pagar la canasta básica.

La corrupción no es una cifra fría: es el hambre en la mesa, la cama vacía en un hospital, el futuro arrebatado a una generación de jóvenes.

Morena: del discurso moral a la podredumbre política

Morena llegó al poder en 2018 prometiendo acabar con la corrupción. Hoy, la realidad es innegable: no la erradicaron, la reciclaron. Alimentación para el Bienestar es la prueba.

La indignación es mayor porque la propia dependencia reconoció que mantiene contratos con al menos dos de estas empresas fantasma. En vez de castigarlas, las sigue premiando con recursos públicos. El mensaje es claro: en la “Cuarta Transformación” la corrupción no se combate, se protege.

La llamada “austeridad republicana” se convirtió en discurso hueco. Lo que tenemos es un sistema de saqueo con otro nombre. Morena no desterró la corrupción: la administró bajo un disfraz de moralidad.

Dos mil millones menos para la gente, dos mil millones más para la podredumbre

Este caso deja una verdad dolorosa: el dinero público no fue a hospitales ni escuelas, fue a fantasmas. Son dos mil millones menos para el pueblo y dos mil millones más para la podredumbre.

La promesa de “primero los pobres” se transformó en “primero los corruptos”. Y con ello Morena enterró el último vestigio de credibilidad en su discurso.

La exigencia política

No podemos resignarnos. México no merece un Segalmex nuevo cada sexenio. Este fraude exige tres cosas inmediatas:

  1. Investigación real, sin simulación, con nombres y responsables.
  2. Sanciones ejemplares a funcionarios y empresarios involucrados.
  3. Recuperación del dinero, peso por peso, para que vuelva a la gente.

La oposición tiene la responsabilidad de exigir cuentas. Y la ciudadanía el derecho de conocer la verdad.

Conclusión

Lo ocurrido en Alimentación para el Bienestar no es un error aislado: es el reflejo de un gobierno que convirtió la corrupción en sistema. La 4T se presentó como un cambio histórico, pero resultó ser el mismo guion de siempre: dinero desviado, pobreza intacta y cinismo al máximo.

Dos mil millones de pesos no son solo una cifra. Son una afrenta a cada mexicano que trabaja y paga impuestos esperando un gobierno digno. Cada peso robado es una traición. Y cada traición debe tener responsables con nombre y apellido.

Si este caso queda impune, será la confirmación de que en México los fantasmas no solo existen: gobiernan, cobran y se alimentan del dinero del pueblo.