En un México gobernado que presume austeridad como bandera, los viajes al extranjero de políticos de Morena, el partido gobernante, destapan una contradicción que huele a hipocresía. Figuras como Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña, Sergio Mayer y hasta el polémico Andy López Beltrán, hijo del expresidente, han sido señalados por sus frecuentes escapadas a destinos como Europa y Asia. ¿Buscan negocios oficiales o simple placer disfrazado de diplomacia? La respuesta parece clara cuando revisamos los detalles: hoteles de lujo, restaurantes exclusivos y agendas que poco tienen que ver con el bienestar del pueblo mexicano.
La austeridad, ese mantra que el gobierno de la 4T ha pregonado desde 2018, se desvanece frente a los hechos. Mientras se recortan presupuestos en salud, educación y seguridad, los líderes de Morena no escatiman en vuelos de primera clase y estancias en destinos que por el costo no son para todos. Ricardo Monreal, por ejemplo, ha sido criticado por su gusto por Europa, mientras que los demás han presumido en redes sociales sus “viajes de trabajo” que más bien parecen vacaciones. ¿Y qué decir de Andy López Beltrán? Su presencia en estos destinos refuerza la percepción de una élite que vive al margen de las promesas de una austeridad, que al parecer, es solo para los de abajo.
Pero hay un detalle curioso: estos políticos parecen evitar Estados Unidos. ¿Casualidad? Difícil creerlo. Desde mayo de 2025, la administración de Donald Trump ha intensificado las restricciones de visas a políticos mexicanos señalados por presuntos vínculos con el narcotráfico. La lista incluye a figuras de Morena, gobernadores y exministros cercanos a la 4T. Dos políticos ya han reconocido públicamente que les revocaron su visa, y se espera que más nombres salgan a la luz. Este amor a su visa revela el temor a perder el acceso al vecino del norte, lo que podría explicar por qué los destinos favoritos ahora son París, Tokio o Madrid, y no Nueva York o Washington.
No es solo una cuestión de visas. Es un reflejo de la doble moral. Mientras el discurso oficial habla de sacrificio y compromiso con el pueblo, las acciones de estos políticos gritan privilegio. ¿Cómo justificar gastos exorbitantes en viajes cuando millones de mexicanos luchan por sobrevivir? La austeridad no es un eslogan, es una práctica, y en eso, Morena ha fallado estrepitosamente. No basta con argumentar que viajan con recursos propios.
¿Tienen derecho a viajar y a conocer el mundo? La respuesta es sí pero no en la forma y el momento que lo hacen. La próxima vez que escuchemos a un político de Morena hablar de “austeridad republicana”, recordemos sus maletas rumbo a Europa. Y si evitan Estados Unidos, preguntémonos: ¿qué ocultan? Porque en política, el miedo a una visa cancelada dice más que mil discursos. México merece coherencia, no excusas desde un avión.