No soy de aquí, ni soy de allá. Izquierda y derecha en América

26 de Diciembre de 2025

Carlos Graciano
Carlos Graciano
Politólogo por la Universidad Iberoamericana, consultor y estratega político, especializado en comunicación política electoral y gubernamental, ha sido conferencista internacional en la Cumbre Mundial de Comunicación Política y ganador de los Reed Latino Awards 2021, 2022, 2023 y 2024.

No soy de aquí, ni soy de allá. Izquierda y derecha en América

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El periodo electoral de 2025 en el continente americanocerró con un viraje hacia la derecha en los países donde se eligió Presidente, como el caso de Bolivia con la victoria de Rodrigo Paz del Partido Democrático Cristiano con 3,519,534 votos o 54.96% de la votación, de acuerdo con datos del Órgano Electoral Plurinacional de Bolivia; el caso de Chile con la victoria de José Antonio Kast del Partido Republicano de Chile con 7,261,332 votos o 58.17% de la votación, de acuerdo con datos del Servicio Electoral chileno; y el caso de Honduras donde el Consejo Nacional Electoral hizo pública la victoria de Nasry Asfura con 1,479,822 votos, equivalentes al 40.26% de la votación, siendo el único caso polémico de los tres mencionados.

Con estos resultados, estos países se suman a la lista de países como Argentina, El Salvador, Panamá, Paraguay, Perú y Ecuador que se identifican con una ideología de derecha. Pero, ¿qué vuelve relevante la pérdida de terreno de la ideología de izquierda en países de América? Tal como se vió en el caso de la elección de Honduras, donde Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos de América respaldó al candidato ganador, la influencia de los Estados Unidos en todo el continente americano, es algo que históricamente ha existido desde que el país norteamericano es potencia mundial.

Sin embargo con el crecimiento de China como potencia económica y el mantenimiento de Rusia como potencia militar en el contexto internacional, combinado con el estilo explosivo, característico de Trump, se ha notado más claramente su intención de dominarla influencia política en la región continental de América, lo cuál se vuelve una tarea más sencilla para Trump en la medida que otros mandatarios pertenezcan a una corriente ideológica similar o más afín a la suya, como ha sucedido recientemente con el respaldo de Kast al cerco militar que ha desplegado Trump alrededor de Venezuela, o la simpatía conocida entre el mandatario estadounidense y el argentino Javier Milei, que se vió traducida en acciones con el intercambio de divisas por 20,000 millones de dólaresen octubre de este año, acción que probablemente pudo incidir en la coyuntura electoral de Argentina.

El avance en el terreno político de la ideología de derecha en América y en específico en América del Sur, le permite a Trump consolidar su dominio político en la región al cerrar espacios a los BRICS, pues ahora integrantes de esta organización como Argentina o Bolivia tienen una filiación política más cercana a los Estados Unidos, por su parte, Colombia, bajo el mando del Presidente Petro, se encuentra más concentrado en su juego individual que al tener elecciones presidenciales el próximo año, se ve afectado por los señalamientos de Trump de supuestos vínculos del presidente colombiano con agrupaciones terroristas, aprovechando la coyuntura mediática en que se encuentra Venezuela y su cercanía con Colombia; lo cual va dejando medianamente aislado a Brasil como representante de los BRICS, que a pesar de la situación, hasta el momento es autosuficiente para mantener a flote su organización en la región.

¿Cómo se reconfigurará el mapa político de América en 2026? ¿Continuará el avance de la derecha en la región? ¿Los BRICS reducirán su presencia en América? ¿En caso de concretarse la posible salida de Maduro en Venezuela, el poder será tomado por un representante de derecha? ¿La presión estadounidense en la región influirá en la victoria de un representante de derecha en Colombia? Al tiempo lo sabremos.