Planeación con futuro: cambio climático, riesgos urbanos y gobernanza

20 de Octubre de 2025

Miriam Saldaña
Miriam Saldaña

Planeación con futuro: cambio climático, riesgos urbanos y gobernanza

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Miriam Saldaña

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EjeCentral

Aquí y ahora, la Ciudad de México se juega algo más que un trámite técnico: se juega su porvenir. Por eso importa el nombramiento de Patricia Ramírez Kuri al frente del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva (IPDP).

El IPDP es el órgano rector de la planeación en la capital; por ley conduce, coordina y diseña los lineamientos de los instrumentos que guían el desarrollo y el ordenamiento territorial, articulando a dependencias, alcaldías, academia y sociedad. No es un cargo honorífico: es la bisagra que convierte evidencia en decisiones públicas.

Desde el IPDP deben impulsarse tres piezas clave. Primero, el Plan General de Desarrollo (PGD): es el instrumento rector de largo plazo que alinea políticas, programas sectoriales y presupuestos de toda la administración pública local; Marca prioridades y metas para que cada dependencia y entidad actúe de forma programada y consistente con una visión de ciudad; su observancia es obligatoria en la gestión gubernamental. Segundo, el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT): es el primer instrumento a largo plazo específicamente orientado a ordenar el territorio de la CDMX. Con carácter de ley y de interés público, fija el uso racional y sostenible del suelo, protege el suelo de conservación y busca redistribuir de manera más equitativa las cargas y beneficios del desarrollo urbano–rural. Su implementación exige acuerdos mínimos con ciudadanía y sectores para decidir el destino y los usos del territorio. Tercero, los Planes Maestro (a escala de zonas o proyectos estratégicos) permiten detallar intervenciones urbanas integrales—con poligonales, objetivos, lineamientos y reglas de gestión—como ocurrió con el Plan Maestro Zona Rosa, aprobado en Gaceta Oficial, que estableció estrategias de repoblamiento incluyente, recuperación del patrimonio y mejora del espacio público. Esta figura, utilizada por SEDUVI, traduce la visión general en acciones puntuales con sustento normativo.¿Por qué urge actualizar y armonizar estos tres niveles de planeación? Porque la realidad urbana cambió. En el poniente de la ciudad, particularmente en el eje Plateros–Mixcoac, la SGIRPC atendió a vecinas y vecinos tras microsismos con epicentro local y explicó el papel de fallas geológicas profundas. Además, los hundimientos diferenciales requieren respuestas territoriales finas. La propia SGIRPC actualiza el Atlas de Riesgos con capas de “Hundimientos” y opera mecanismos de atención—incluida una condonación de recargos para predios con grietas y/o hundimientos diferenciados—que deben vincularse normativamente con los usos de suelo y las obras de infraestructura definidas en el PGOT y los Planes Maestro. Y el clima ya nos alcanzó. La autoridad de Protección Civil emitió, entre el 31 de agosto y el 1 de septiembre de 2025, múltiples alertas Naranja y Roja por lluvias fuertes a muy fuertes y granizo en varias demarcaciones. Estas señales no son “atípicas” esporádicas: son la nueva normalidad que exige redimensionar drenaje, infraestructura verde y protocolos de gestión pluvial en los instrumentos de planeación.

Planear una nueva CDMX tomando en cuenta al cambio climático, las fallas recientemente descubiertas en Mixcoac, los hundimientos acelerados por zonas y las lluvias atípicas que se convertirán en cada vez más típicas y violentas, no puede estar en las manos de una sola persona, sino del gobierno en su conjunto, la ciencia con su aporte de conocimiento y la sociedad civil. El medio ambiente es nuestro compañero de viaje.