Tendencias diplomáticas y consulares

25 de Junio de 2025

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Tendencias diplomáticas y consulares

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Desde que asumió sus funciones la presidente Claudia Sheinbaum los nombramientos de embajadores y cónsules generales han sido casi inexistentes, dando cabida a la gestión diplomática con funcionarios nombrados casi en su totalidad por su antecesor. Durante la actual presidencia sólo ha habido un nombramiento de un embajador en Jordania, del Servicio Exterior Mexicano (SEM), y otro de nombramiento político en el Consulado General en Miami, en la persona de Rutilio Cruz Escandón Cadenas, miembro de MORENA y exgobernador de Chiapas.

El pasado 18 de junio la Cancillería dio a conocer diez nuevas propuestas para titularidades de consulados generales. De éstas, cuatro corresponden a funcionarios de carrera y seis a designaciones políticas, entre las que se encuentran Carlos Iriarte Mercado, expresidente municipal de Huxquilucan, Estado de México, exdirigente estatal y exdiputado federal por el PRI (Boston); Luis Rodríguez Bucio, quien fue primer comandante de la Guardia Nacional (Dallas); Marcos Augusto Bucio Mujica, expriista, exlegislador y exvocero de Francisco Labastida (Nueva York); Donaji Alba Arroyo, militante de MORENA (Raleigh); Marco Antonio Mena Rodríguez, exgobernador de Tlaxcala por el PRI (San Francisco) y; Neftalí Pérez González, extitular de la Unidad de Jóvenes Construyendo el Futuro (Sao Paulo, Brasil).

A lo anterior se agregan dos nombramientos más: Juan Antonio Ferrer Aguilar, extitular del Instituto de la Salud para el Bienestar (INSABI), entre otros cargos en el sector, designado como Representante Permanente de México ante la UNESCO y Roberto Canseco, funcionario de carrera a la Embajada de México en Jamaica.

En este marco todo parecería indicar que la diplomacia mexicana continuará siendo un valioso instrumento para la recompensa política del gobierno en turno, tal cual sucedió en el sexenio pasado, con nombramientos de perfiles lejanos de las cuestiones consulares y política exterior. Con el fin de minimizar las críticas sobre dichos nombramientos, la presidente mexicana en la denominada mañanera del pasado 20 de junio, dijo, en unas declaraciones que parecen un tanto extrañas, que dicha selección se habría hecho en base a una convocatoria en la que participaron alrededor de 200 personas; que la SRE habría formado un comité de selección; que a los designados se les había dado un curso de formación y capacitación y reconoció que aún permanecen en sus cargos embajadores nombrados políticamente por el presidente anterior, quienes sólo pueden permanecer hasta cinco años.

¿Cómo podría designarse un embajador o cónsul general?

La Constitución faculta al presidente de la República a nombrar embajadores y cónsules generales, quienes de acuerdo a la Ley del Servicio Exterior Mexicano (LSEM), deberán ser ratificados por el Senado y seleccionados preferentemente entre los miembros del SEM de carrera de mayor competencia, categoría y antigüedad. No especifica la temporalidad en el cargo, por lo que es común encontrar embajadores de nombramiento político aferrados al cargo diplomático durante años, viviendo del presupuesto federal y marginando a los diplomáticos de carrera, en pleno abuso del arribismo y compadrazgo político.

En las declaraciones de la presidenta seguramente hay una confusión con los nombramientos de embajadores y cónsules generales con los de “personal temporal” de acuerdo al Art. 7 de la LSEM, quienes estos últimos efectivamente tienen una temporalidad en el cargo, pero de seis años y no de cinco como expresó la mandataria. Actualmente aún permanecen en funciones 27 embajadores y 6 cónsules generales nombrados políticamente por el expresidente anterior.

Hoy es dramático pensar en designaciones consulares sin experiencia, y tal vez en algunos sin suficiente interés por los asuntos consulares, en un escenario drástico para la migración mexicana en Estados Unidos, y no pensar en el fortalecimiento de las capacidades humanas y técnicas de la red consular, abandonada en el sexenio anterior.