Teocaltiche se ha convertido en el espejo más brutal del fracaso en materia de seguridad del gobierno de Jalisco. Lo que el gobernador Pablo Lemus prometió pacificar, hoy es un territorio sumido en la violencia más descarnada.
En lugar de la paz ofrecida, el municipio vive secuestros, desapariciones, asesinatos y feminicidios casi a diario, bajo un patrón que se ha vuelto cotidiano: grupos criminales irrumpen de madrugada en las casas, revientan chapas y ventanas, y se llevan a hombres o mujeres mientras duermen.
La madrugada del 16 de agosto, Óscar Daniel Pérez Aguayo, exagente de vialidad, fue sacado de su casa por hombres armados. Dos días antes, Oliver Adolfo Cruz Ponce fue privado de su libertad en circunstancias similares. El 11 de agosto, Oscar Díaz, comerciante, fue levantado en su negocio y liberado horas más tarde en una brecha.
A esa lista se suman el asesinato de Isaías Ruvalcaba Cuevas, baleado en su vivienda; la desaparición de Juan Diego Aguayo Cruz en una forrajera; el secuestro de Jessica Tejeda, madre de familia sustraída frente a sus hijos; y el caso de Salvador Villalobos, arrancado de su hogar en la colonia El Tanque.
Como si la violencia no tuviera límite, el 13 de agosto Teocaltiche volvió a ser escenario de un feminicidio: una joven fue ejecutada de un disparo en la cabeza dentro de su casa en la colonia Revolución. Con este caso suman nueve feminicidios en lo que va del 2025, una cifra que evidencia la gravedad de la crisis de violencia de género en la región.
Los datos oficiales apenas muestran una parte de la tragedia: 21 homicidios dolosos en el primer semestre de 2025. Pero la cifra real es mayor. El medio Dominio Público Noticias ha documentado al menos 30 asesinatos, todos respaldados en partes informativos de la policía. Esta diferencia evidencia lo que el gobierno quiere ocultar: la violencia es peor de lo que reconoce.
Lo más indignante es el silencio cómplice de las autoridades. Ni Lemus, ni su secretario de Seguridad Pública, Juan Pablo Hernández, ni el fiscal estatal, Salvador González de los Santos, han dado explicaciones claras ni asumido la magnitud del problema. Informan a cuentagotas, minimizan los hechos y permiten que el miedo se normalice en la vida diaria de Teocaltiche.
La gente lo sabe: la policía estatal no llega a tiempo, y algunos habitantes incluso los acusan de ser responsables de las desapariciones. La Guardia Nacional brilla por su ausencia y los criminales operan con total impunidad. Los habitantes viven con la certeza de que nadie está a salvo y que cualquiera puede ser la próxima víctima.
Lejos de la promesa de pacificación, Pablo Lemus ha permitido que Teocaltiche se convierta en un infierno. Hoy el municipio no es símbolo de orden, sino de abandono y fracaso. Cada secuestro, desaparición, feminicidio y asesinato recuerda que el Estado ha renunciado a su deber más básico: proteger la vida de los jalicienses.
La pregunta no es si Teocaltiche puede volver a la calma, sino si el gobierno de Jalisco está dispuesto a enfrentar a los criminales o seguirá escondiendo la cabeza como avestruz mientras el municipio más violento del estado se hunde en la barbarie.
En Cortito: El periodista y comunicador Manuel Moreno Domínguez suena con fuerza tanto dentro, como fuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para ocupar uno de los cargos más relevantes el próximo 1 de septiembre: la Dirección General de Comunicación Social.
Se trata de un perfil altamente experimentado, y según diversos analistas, es la mejor opción que tiene el próximo presidente de la Corte, Hugo Aguilar Ortiz. Moreno Domínguez no solo cuenta con amplia experiencia en temas de comunicación, sino que además ha trabajado estrechamente con figuras clave del país.
Durante el gobierno capitalino de Andrés Manuel López Obrador, fue su Director de Información, coordinando la cobertura de las mañaneras junto con César Yáñez y Jesús Ramírez, con quien también colaboró en la Presidencia durante el sexenio de AMLO.
Su experiencia en el Poder Judicial es igual de notable. Ha ocupado en dos ocasiones la Dirección de Información de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, lo que le otorga un conocimiento profundo de los mecanismos internos y de la importancia de la comunicación institucional en el ámbito judicial.
La llegada de Moreno Domínguez a la llamada “nueva Corte” no solo representaría una bocanada de aire fresco, sino también una estrategia para fortalecer la relación del Poder Judicial con los medios de comunicación y la opinión pública.
Su red de contactos incluye a líderes de opinión, conductores y periodistas de diversas fuentes de información en todo el país, y cuenta con el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, lo que refuerza aún más su candidatura.
En suma, Manuel Moreno Domínguez no llega a ocupar un cargo más: aporta experiencia, confianza y estrategia comunicacional en un momento clave para la Suprema Corte, consolidando una visión moderna de cómo el Poder Judicial puede acercarse a la ciudadanía y reforzar su legitimidad.