En la madrugada del 2 de agoste de 2015 Jason Corbett, un hombre de origen irlandés fue asesinado en su casa de Carolina del Norte. Las investigaciones posteriores indicaron que murió a consecuencia de una agresión física por parte de su esposa Molly Martens y su suegro Thomas Martens. Dadas las condiciones de la muerte de Corbett, la noticia tuvo una gran cobertura mediática en Irlanda. Los Martens fueron declarados culpables en 2017, tiempo más tarde sus condenas fueron revocadas por un tribunal de apelaciones de Carolina del Norte. Tras aceptar un acuerdo con la fiscalía para reducir los cargos, ambos fueron liberados de prisión en 2024.
Todo comenzó con una llamada de Thomas Martens al 911 a las 3 de la mañana de aquel fatídico 2 de agosto para informar que su yerno estaba gravemente herido. El hombre informo que había intervenido entre Corbett y su hija, y que posiblemente lo había matado. Al llegar, los agentes policiacos encontraron a Jason inconsciente, ya que había sido golpeado con un bate de beisbol y un ladrillo repetidamente en la cabeza, tanto, que al forense le fue imposible contar los golpes que recibió. Estos golpes a la postre resultaron mortales. Tanto Thomas como Molly declararon a los agentes en el lugar de los hechos, vinculando la muerte de Jason a un altercado doméstico.
Las sospechas empezaron cuando Molly supuestamente gasto 5,500 dólares en una limpieza industrial para eliminar cualquier rastro de sangre. Además de que las autoridades impidieron que la mujer incinerara el cuerpo de Corbett antes de que llegara su familia de Irlanda. Tras la muerte de Jason las investigaciones descubrieron que as principales fricciones entre la pareja era por la negativa del hombre a que Molly adoptara a sus hijos de un matrimonio anterior.
La película documental producida por Netflix, Un matrimonio mortal en Carolina del Norte nos cuenta de manera cronológica los hechos antes y después del Asesinato de Jason Corbett, intentando descubrir si todo sucedió como parte de una disputa matrimonial o en realidad fue un asesinato planeado, además de la batalla legal por la custodia de sus hijos. La particularidad de este trabajo es que escuchamos las voces de ambas partes buscando ofrecer una mirada imparcial al asesinato, aunque la verdad, las mentiras y manipulaciones parecen venir de las dos partes haciendo que sea difícil mantener una postura.
La serie de contradicciones que se manejan en el relato hace sea imposible creer en un bando se inmediato, por ejemplo, los amigos y familiares de Jason mencionan que él era un hombre cariñoso y amable, pero si le preguntan a Molly y su familia hablan de un hombre completamente opuesto, un esposo iracundo y violento. Esto hace complicado vislumbrar la verdad detrás de estas afirmaciones. Lo único cierto es que alguien miente.
Y en medio de todo esto las verdaderas víctimas de todo este embrollo son Sarah y Jack Corbett, hijos de Jason, que son usados como una especie de premio mayor, ambos son manipulados por alguien, la pregunta es ¿Por quién? Veamos, cuando apenas habían pasado unos días de la muerte de su padre fueron interrogados por las autoridades y los dos, siendo un par de niños pequeños afirmaban que Jason era un hombre que siempre estaba enojado y a la menor provocación le gritaba a Molly. Pero tras estar bajo la custodia de su familia irlandesa, la versión es completamente distinta y hablan de un padre amoroso al cual añoran.
Algo que hace muy bien el documental es poner a dudar al espectador, difícilmente mantendrás una postura, a medida que escuchas los testimonios de amigos y familiares de ambos bandos cambias de opinión respecto a los hechos.
Un matrimonio mortal en Carolina del Norte es un documental perfecto para los amantes del True Crime, un género que Netflix explota a la perfección.
Un matrimonio mortal en Carolina del Norte está disponible en Netflix.
