Un relevo decisivo en la justicia capitalina - TSJ-CDMX

5 de Septiembre de 2025

Karen Torres
Karen Torres

Un relevo decisivo en la justicia capitalina - TSJ-CDMX

Karen Torres

Karen Torres

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EjeCentral

La justicia de la Ciudad de México está por enfrentar una sucesión histórica. En los próximos meses, el Tribunal Superior de Justicia de la CDMX (TSJ-CDMX) renovará su presidencia, poniendo fin al periodo de Rafael Guerra Álvarez quien fue elegido como presidente para el periodo 2022-2025. El contexto no podría ser más complejo: una Reforma Judicial nacional que cambió la forma de elegir 881 cargos federales, un paro judicial sin precedentes de 40 días y un sistema de justicia que carga con importantes rezagos estructurales, desconfianza ciudadana y “cifras negras” que lastiman su legitimidad.

Una deuda histórica con las mujeres

El dato es ineludible y alarmante: en 40 años, solo una mujer ha encabezado el TSJ-CDMX. A nivel nacional, de los 32 tribunales locales, apenas 9 están presididos por mujeres. En una capital que presume vanguardia y progresismo, esta realidad evidencia que la paridad no ha llegado a los espacios de decisión, mucho menos a la conducción de la justicia.

El relevo que se avecina es, por tanto, más que un trámite administrativo, la oportunidad de romper inercias y enviar un mensaje contundente sobre la igualdad sustantiva en los órganos de justicia. Si se habla de perspectiva de género, es momento de demostrarlo con hechos y narrativas reales.

Celia Marín Sasaki y otros perfiles en disputa

Entre los nombres que suenan con fuerza destaca la Magistrada Celia Marín Sasaki, con más de 35 años de trayectoria en el Poder Judicial capitalino. Reconocida por sus sentencias con perspectiva de género, su eventual llegada podría representar una transformación con sustento técnico y humano. Sin embargo, reducir el debate a una sola figura sería un error: la discusión debe centrarse en qué perfil puede garantizar independencia, eficiencia, coordinación con las fiscalías y una auténtica justicia incluyente.

Lo que está en juego

El próximo presidente o presidenta del TSJ-CDMX deberá enfrentar tres retos centrales:

· Restaurar la confianza ciudadana en un tribunal marcado por percepciones de opacidad.

· Atender la crisis de impunidad: de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) realizada por INEGI, en la Ciudad de México el 92.2 % de los delitos no fueron denunciados ni investigados.

· Coordinar con fiscalías para cerrar la brecha entre denuncias, sentencias y justicia real.

Además, este proceso será el último en que los 79 magistrados voten de manera directa por la presidencia, antes del rediseño judicial que entrará en vigor en 2027. Por eso, la decisión tendrá un impacto que trasciende el corto plazo: definirá el rumbo de la justicia capitalina por al menos la próxima década.

Más que nombres, necesitamos una visión

Hablar de la llegada de una mujer no es suficiente si no va acompañada de un cambio profundo en la forma de administrar justicia. No basta con sumar rostros femeninos al poder; la pregunta central es ¿cuántas mujeres deciden? ¿cuántas transforman? y ¿cuántas impulsan políticas con enfoque de igualdad?

La presidencia del TSJ-CDMX debe aspirar a construir una institución eficiente, digitalizada, accesible y paritaria. Una institución que no solo administre expedientes, sino que garantice derechos, reduzca brechas y genere confianza ciudadana.

El próximo relevo en el TSJ-CDMX no es una cuestión únicamente de cuotas de género, sino de visión y liderazgo. Será una señal clara de hacia dónde camina la justicia capitalina: la capital del país necesita de un modelo incluyente, transparente y con perspectiva de género en sus fiscalías.

La decisión que se tome entre septiembre y octubre marcará un antes y un después. No se trata solo de sumar un rostro femenino a la presidencia del TSJ-CDMX. El reto es revertir años de rezagos estructurales en una institución que maneja más de 300 mil expedientes anuales, con una carga laboral que rebasa el 85 % de saturación y donde solo 1 mujer ha encabezado el tribunal en 40 años.

La urgencia no es sólo simbólica: es la necesidad de construir un órgano judicial eficiente, transparente, digitalizado y verdaderamente representativo de la pluralidad social que exige justicia más pronta y expedita.

KAREN TORRES AGUILAR

PERIODISTA &MKT SPECIALIST

@KARENTORRES.MX