Papa: ricos hacen un planeta “de porquería”
Convoca a una audaz revolución cultural para corregir el sistema económico
EJECENTRAL
El papa Francisco pidió una audaz revolución cultural para corregir lo que describió como un sistema económico “estructuralmente perverso” en el que los ricos explotan a los pobres y que convierte la Tierra en un “inmenso montón de porquería”.
En su encíclica “Laudato Si’ sobre el cuidado de la casa común”, un esperado documento del magisterio pontificio difundido este jueves por el Vaticano, lamentó los intentos por reducir la percepción pública sobre algunos impactos negativos del cambio climático.
En el manifiesto de 192 páginas, que espera tenga efecto en las negociaciones climáticas de la ONU, la política nacional y la vida cotidiana, Francisco explicó aspectos de la ciencia sobre el calentamiento global, un fenómeno que atribuyó a un modelo industrial injusto y basado en los combustibles fósiles que daña sobre todo a los pobres.
El texto critica a las grandes empresas y a los escépticos del cambio climático.
Las medidas a medias simplemente retrasan el desastre inevitable
Los científicos expertos en medio ambiente creen que el documento, la primera encíclica sobre el medio ambiente, podría tener un efecto drástico en el debate sobre el clima, al sumar la autoridad moral del popular Francisco a un asunto que durante años se ha debatido sólo en términos científicos, económicos y políticos.
Francisco, químico de formación, asume como un hecho que el mundo se está calentando y la actividad humana es la principal responsable.
La Tierra, nuestro hogar, empieza a verse más y más como un inmenso montón de porquería
La encíclica se refiere a la deforestación de la Amazonía, el deshielo de los glaciares árticos y la muerte de arrecifes de coral, y critica a los “obstruccionistas” escépticos climáticos que “parecen más preocupados de enmascarar los problemas u ocultar sus síntomas”. Y culpa a los políticos de atender más a los intereses de la industria del petróleo que a las escrituras o al sentido común.
Francisco entró de lleno en el debate sobre el cambio climático y estableció claramente su convicción de que el calentamiento global se encuentra en curso y sus consecuencias “podrán ser cada vez peores” si el mundo continúa con los actuales modelos de producción y de consumo.
Estas palabras fueron incluidas en la encíclica sin importar las campañas críticas preventivas que pretendieron evitar que el líder católico se pronunciase sobre el cambio climático, lanzadas especialmente por grupos conservadores estadounidenses y de otras partes del mundo.
Aunque reconoció que otros factores como el vulcanismo, las variaciones de la órbita y del eje de la Tierra o el ciclo solar son causas del cambio climático, insistió que numerosos estudios científicos señalan que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero emitidos sobre todo a causa de la actividad humana.
CAMBIO CLIMÁTICO AFECTA A LOS MÁS POBRES
Francico comentó que la contaminación se ve potenciada por un patrón de desarrollo basada en el uso intensivo de combustibles fósiles, corazón del sistema energético mundial, y por el aumento en la práctica del cambio de usos del suelo, principalmente la deforestación para agricultura.
Además estableció que la mayoría de los afectados por las consecuencias de este cambio serán los pobres, que viven en lugares particularmente afectados y cuyos medios de subsistencia dependen fuertemente de las reservas naturales como la agricultura, la pesca y los recursos forestales.
Sostuvo que los cambios del clima originan migraciones de animales y vegetales que no siempre pueden adaptarse, y esto a su vez afecta los recursos productivos de los más pobres, quienes también se ven obligados a migrar con gran incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos.
En la encíclica, el Papa también alertó sobre el exagerado uso del agua y la imposibilidad de sostener el actual nivel de consumo de los países más desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades, donde el hábito de gastar y tirar alcanza “niveles inauditos”.
Advirtió que mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado.
Con información de Agencias