Reparar y construir

6 de Mayo de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Reparar y construir

luis_m_cruz

1. Tras ganar las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, el virtual presidente electo Joseph R. Biden habrá de enfrentar una situación desbordada. Lo primero, una transición de gobierno difícil, quizá ríspida, dada la falta de reconocimiento de los resultados del actual inquilino de la Casa Blanca, buscando torcer en tribunales lo que no se obtuvo en las urnas. En todo caso, los tribunales estatales y la Corte Suprema en aquél país dispondrán hasta el 13 de diciembre para determinar la legalidad de la elección, que ya fue decidida en los conteos declarados públicamente. Tras ello, los electores compromisarios en cada entidad se reúnen el 14 de diciembre para entregar los votos electorales, cuya suma hace el Congreso el próximo 6 de enero para consagrar en definitiva al ganador. Quizá Trump esperaría que algunos de estos compromisarios se desviara del sentido marcado por los electores.

2. Nada indica que los números vayan a cambiar tras algunos recuentos de papeletas o interpelaciones jurídicas, sobre todo a las enviadas por correo conforme a las leyes de cada entidad. Es poco probable una declaración de nulidad en alguno de los estados con votación cerrada, como fueron Wisconsin, Arizona, Nevada, Georgia o Pennsylvania. Por ello es que Biden ha recibido el reconocimiento del orden político interior así como de numerosos gobiernos extranjeros como el futuro Presidente número 46 de Estados Unidos.

3. No obstante, reflexiona Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores (Foreign Affairs, Repairing the World, 9 nov) el presidente Biden tendrá en su momento que enfrentar una compleja agenda interior y exterior para reparar y construir prácticamente al mismo tiempo todo lo que resulte de una caótica y en ocasiones contradictoria administración Trump. Biden gobernará con un país dividido, siendo la primera tarea el restañar las heridas, para lo cual deberá convocar a todos los estadounidenses, hayan o no votado por él. Las cifras electorales muestran cuán cerca estuvo Donald Trump de lograr la reelección; realmente no fue una derrota contundente, la Cámara de Representantes seguirá siendo demócrata por escaso margen y es muy probable que el Senado siga teniendo mayoría republicana, hoy empatado en los números (48 a 48) con la elección senatorial en Georgia por repetirse en los primeros días de enero.

4. Y la agenda que le espera está ahí, con grandes y prolijos problemas dentro y fuera de su país. Difícilmente Biden podrá sentarse a ver qué hacer, tiene que definir de inmediato los trazos de una administración sin tiempo para disfrutar una luna de miel. Empezando por reparar, dice Haass, todo lo que está destrozado, pero indudablemente, creo yo, construyendo al mismo tiempo lo necesario para recuperar la confianza global, asumir las responsabilidades de Estados Unidos en un mundo que ya no es aquél dependiente de la posguerra, sino uno en el que hay nuevos y poderosos actores, algunos aliados y otros claramente adversarios.

5. En lo interno, la agenda no podría ser peor. Los Estados Unidos son un país polarizado, que tendrá un gobierno dividido, con fuertes resistencias en el Congreso y en los Estados para avanzar políticas progresistas. Tiene ante sí el desastre del manejo de la pandemia, donde Biden pronostica un negro invierno pues no obstante la promesa de una vacuna efectiva (el anuncio Pfizer) para cuando asuma la Presidencia habrá unas 300 mil víctimas sólo en su país, con varios meses aún por delante de efectos adversos. Sin dejar de impulsar la reactivación, recuperación económica y el empleo, pasos indispensables para la recuperación global. Qué paradoja que el presidente Donald Trump decidiera arriesgar algo así como un desalojo, en vez de cooperar para una transición ordenada del gobierno. La historia, si no es que los tribunales por él invocados, habrán pronto de juzgarle.

Te Recomendamos: