Transición y VI Informe

30 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Transición y VI Informe

luis m cruz

1.

El presidente electo y el futuro gabinete el 20 de agosto tuvieron una reunión conjunta con sus homólogos salientes para establecer lineamientos de transición, casi un cogobierno, para los próximos meses. Más que el entendimiento propio a la entrega-recepción tersa y ordenada que se ha planteado, ha sido una reunión de previa rendición de cuentas sobre el estado de las cosas y cómo habrán de entregarse.

2.

La Secretaría de Hacienda ha dicho que entregará cuentas en orden, estables y equilibradas; sin déficit (habrán logrado el déficit cero), con estabilidad macroeconómica, una deuda externa “razonable y reduciéndose”, ubicable en 42% del PIB (el PIB ha crecido también, poco, pero ha crecido en promedio 14% durante el sexenio), reservas internacionales por 172 mil millones de dólares, un crédito de contingencia con el Fondo Monetario Internacional por 72 mil millones de dólares y el grado de inversión estable, con perspectiva precautoria, pero aún en la zona de confianza.

3.

No obstante, en esa forma de seguir con la campaña que ha adoptado el futuro gobierno, se están realizando consultas en las que se evalúa y establecen diagnósticos con matices apocalípticos en los que las cosas no se perciben tan bien; reportan una corrupción desbordada que afecta y menoscaba la política pública, perciben un desastre en seguridad pública, abandono del campo, pobreza galopante, deuda pública asfixiante. Todo lo necesario para definir un régimen de choque que desbarate el neoliberalismo y torne hacia políticas renovadoras, milenaristas, totalitarias en algún sentido; la cuarta transformación que va en serio no pintará violines ni será gatopardismo, como señala el presidente electo López Obrador.

Se vislumbra, asimismo, el retorno a algunas políticas de antaño, como es la cuasi restauración de la Conasupo (fusión Diconsa-Liconsa), la vuelta del Sistema Alimentario Mexicano (SAM), equivalente al nuevo Segalmex, dirigido hasta por alguien de antes (Ignacio Ovalle), el establecimiento de los 32 superdelegados para entregar recursos directos, hasta la construcción de ferrocarriles. En fin, una serie de políticas de centralización y clientelismo en el nuevo orden.

4.

En ese contexto, en las proximidades del VI Informe de Gobierno, el de cierre de la administración, éste pareciera importar poco a los medios y al respetable. Podría decirse que le comieron el mandado al gobierno actual, como si ya no estuviera en funciones. La administración pública está paralizada por el futuro que se le presenta, de reducción de salarios y prestaciones, extensión de la jornada laboral, desconcentración a diferentes ciudades que pronto pondrá al aparato administrativo de cabeza. No debe olvidarse que la administración pública es el sistema motriz de todo gobierno.

5.

Se ha anticipado algo del balance del sexenio que el presidente Peña Nieto estaría presentando en el VI Informe: 3.6 millones de empleos formales creados, la mayor inversión extranjera en la historia, el posicionamiento de México como uno de los mayores destinos turísticos del mundo, las mejores cifras de exportación de manufacturas y alimentos en toda la historia, la despetrolización y estabilización de las finanzas públicas. Las reformas estructurales, que debieron ser el logro más importante del sexenio, adolecen de defectos de implementación (se había calculado que generarían 3% de crecimiento adicional al cerrar el sexenio, el cual seguirá siendo del 2.3 o 2.4% en promedio). Datos, que pretenderían ser un balance de los alcances habidos, que no obstante obtuvieron la peor evaluación ciudadana en la historia, significando la peor derrota del partido gobernante en las urnas. Al menos quedará el amargo consuelo de realizar una entrega del poder pacífica y en democracia.

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