¿Polarizar o negociar?, la disyuntiva en el "segundo tiempo" de AMLO

20 de Abril de 2024

¿Polarizar o negociar?, la disyuntiva en el “segundo tiempo” de AMLO

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, durante su visita al municipio de Florencio Villareal en la Costa Chica de Guerrero, en donde presento los programas de Bienestar.

ACAPULCO, GUERRERO, 11JUNIO2021 Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, durante su visita al municipio de Florencio Villareal en la Costa Chica de Guerrero, en donde presento los programas de Bienestar. FOTO: CARLOS ALBERTO CARBAJAL/CUARTOSCURO.COM

/

Carlos Alberto Carbajal/Carlos Alberto Carbajal

ACAPULCO, GUERRERO, 11JUNIO2021 Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, durante su visita al municipio de Florencio Villareal en la Costa Chica de Guerrero, en donde presento los programas de Bienestar. FOTO: CARLOS ALBERTO CARBAJAL/CUARTOSCURO.COM
Foto: Cuartoscuro

Un reportaje del diario El País advierte que las elecciones del domingo colocaron al Presidente en un punto de inflexión de su vida política

El “segundo tiempo” del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador ya comenzó, y ahora el tabasqueño se enfrenta a una decisión crucial: seguir fomentando la polarización en la parte final de su mandato o negociar con su archienemigo, el PRI.

Así lo plantea el portal del diario madrileño El País en un reportaje publicado este sábado, en el que destaca que la decisión que tome el mandatario no sólo determinará su legado para la próxima administración, sino “el futuro de México”.

Esta semana, pasados los comicios del 6 de junio, López Obrador “ha vuelto a su terreno de juego natural, el de la confrontación abierta, sin disfraz”, refiere el texto de El País, escrito por Francesco Manetto, en alusión a las embestidas del mandatario contra los medios, la oposición y las clases medias y altas del país.

“Pero los resultados de los comicios y la viabilidad de su proyecto, la autodenominada Cuarta Transformación, le obligan a considerar también otro camino de la política, el del ajedrez y la negociación. La carrera hacia 2024 ya ha comenzado y, cuando están a punto de cumplirse tres años desde su victoria, acaba de empezar también el segundo tiempo de López Obrador”, apunta el reportaje titulado López Obrador y el coste del poder.

Según el texto de El País, romper con pasado reciente —con el neoliberalismo, el PRI, el PAN, los inversionistas extranjeros, la prensa y las organizaciones de la sociedad civil— ha sido el motor del éxito de López Obrador en las urnas y el pegamento de su proyecto político.

No obstante, “los resultados de las elecciones federales y locales de este 6 de junio, la más grandes de la historia de México y celebradas como una suerte plebiscito en torno a su figura, le han dejado un mensaje agridulce”, apunta el autor.

Morena ganó en 11 de las 15 gubernaturas en juego, consolidándose como la primera fuerza política nacional, pero sufrió una sonora derrota en Nuevo León, corazón industrial del país, y perdió seis alcaldías en la Ciudad de México, su antiguo bastión.

“Sobre todo, la formación y sus aliados —el Partido Verde y el Partido del Trabajo— perdieron más de tres millones de votos en la elección federal de la Cámara de Diputados. De los más de 24.3 millones de 2018 a unos 21. Estos números garantizarán a López Obrador una holgada mayoría absoluta en la Cámara baja, aunque le alejan de su propósito central, que era el de alcanzar una mayoría calificada”.

El reportaje de El País recuerda una anécdota relativa al presidente Lázaro Cárdenas. Cuenta que el periodista Julio Scherer García le preguntó en una ocasión a Narciso Bassols por el legendario expresidente, de quien había sido secretario de Hacienda.

“Éste negó que fuera culto, incluso menospreció su inteligencia. Pero le atribuyó una virtud esencial: ‘Pertenece a una categoría privilegiada. Late la política en la yema de sus dedos, allí la siente y la entiende, ¿comprende usted? Hay especies animales que conocen como nadie la dirección el viento, porque el viento lo llevan en el lomo como una segunda piel. Así es Cárdenas’”.

En este sentido, López Obrador se parece a Cárdenas: siempre ha tenido una habilidad para adivinar por dónde soplaría el viento. “Con esas intuiciones montó un partido ganador y que hoy más que un movimiento progresista es una maquinaria electoral con márgenes ideológicas indefinidas, a menudo conservadoras. Y con esos pálpitos articuló una guerra cultural. Lo hizo en torno a nociones como corrupción, justicia, regeneración, igualdad. Rechazando cualquier crítica y colocando a todos sus adversarios en el mismo saco, sin distinciones y, con frecuencia, manchándoles con acusaciones sin evidencias”, acusa el reportaje.

De acuerdo con el texto, la ruta del presidente López Obrador en la segunda mitad de su mandato será la lucha de clases. Al menos así lo dejó entrever el pasado viernes, cuando se lanzó contra las clases medias de la Ciudad de México.

“Les funcionó aquí en la ciudad (…). Sobre todo sectores de clase media fueron influenciados, se creyeron lo del populismo, el de que íbamos a reelegirnos, lo del mesías tropical, el mesías falso, etcétera. ¿Quién fue el que internalizó mejor el hecho de que había corrupción y que si se combatía las cosas mejoraban? Pues la gente que nunca recibía nada. Pero un integrante de clase media, media alta, incluso, con licenciatura, con maestría, con doctorado, no. Está muy difícil de convencer, es el lector del Reforma, ese es para decirle: Siga usted su camino, va a usted muy bien, porque es una actitud aspiracionista, es triunfar a toda costa, salir adelante, muy egoísta”.